lunes, marzo 13, 2006

El Gobierno de Aragón insulta a los aragoneses y condena a las montañas

30.000 firmas de aragoneses no merecen consideración para el gobierno del PSOE y el Partido Aragonés Regionalista (PAR)
http://www.ecologistasenaccion.org/a
rticle.php3?id_article=3669 ARAGÓN 16/12/2005

Hoy es un día triste para Aragón. El Gobierno de Aragón tenía, finalmente y obligado por la ILP promovida por la sociedad aragonesa, que tomar partido: ponerse de parte del pueblo aragonés y del patrimonio de Aragón, o ponerse de parte de los intereses inmobiliarios y especulativos. Finalmente, el Gobierno de Aragón, PSOE y PAR, en solitario, se han situado junto a los intereses inmobiliarios, condenando a las montañas de Aragón.

Y lo han hecho del peor modo que se podía hacer. Insultando a los aragoneses. La Iniciativa Legislativa Popular (ILP) promovida mayoritariamente por la sociedad, todo un éxito de participación, de ciudadanía y de demostración democrática, ha durado en las Cortes de Aragón... ¡¡15 minutos!! Ese es el tiempo que el Gobierno de Aragón ha tardado en decidir que esta iniciativa no era merecedora de ser tomada en consideración, de ser debatida y analizada. No estamos hablando de que el Gobierno estuviera o no de acuerdo, de que se pudiera mejorar o no, estamos hablando de que han decidido que no merecía ni ser tomada en consideración, que no debía ni ser tenida en cuenta para hablar sobre ella.

El pueblo aragonés, ese que durante casi un año ha estado trabajando en esta iniciativa para recoger miles y miles de firmas, por toda la geografía aragonesa, invirtiendo cantidades ingentes de esfuerzo democrático por amor a las montañas, a nuestra tierra, esos aragoneses no se merecían semejante insulto de sus gobernantes.

La afrenta se veía venir, en días precedentes, el vicepresidente de Aragón, señor Biel, descalificaba la iniciativa diciendo que "que pretenden regular esos con cinco articulillos". "Esos" son el pueblo de Aragón que él teóricamente gobierna. "los cinco articulillos" son una Ley que su Gobierno se niega a realizar, dando cobijo a la especulación urbanística en nuestras montañas. Y la guinda a todo este despropósito democrático la ponía el propio presidente de Aragón, señor Iglesias, que no sólo no consideraba merecedora de consideración esta iniciativa del pueblo aragonés, sino que ni tan siquiera se molestaba en acudir a las Cortes para escuchar lo que la sociedad le pide.

Su sillón vacío era una bochornosa imagen de una jornada triste que nunca se debió producir, una jornada en la que el pueblo aragonés fue insultado por sus propios gobernantes y en la que las montañas de Aragón fueron sentenciadas a agonizar bajo una losa de cemento.

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