Cáritas revela que el 20% de los zaragozanos vive en la pobreza 27 de junio de 2007 ZARAGOZA
El organismo señala que, de ese porcentaje, el 17% (110.000 ciudadanos) vive situaciones de pobreza relativa, con menos de 650 euros al mes, y el 2,3% en pobreza extrema, con menos de 325 euros mensuales.
Fotógrafo: Marina Ovejero/ ADN Una calle de uno de los barrios más deprimidos de la ciudad
EFE. Zaragoza | Casi el 20% de zaragozanos, unos 125.000, siguen viviendo en la pobreza, según puso de manifiesto Cáritas al presentar un libro sobre la exclusión, en el que cuestionan que la Ley de la autonomía personal vaya a responder a todas las necesidades y situaciones, como las de dependencia social.
De este 20%, el 17% (110.000) vive situaciones de pobreza relativa, con menos de 650 euros al mes, y el 2,3% en pobreza extrema, con menos de 325 euros mensuales, señaló el responsable del Servicio de Estudios Sociales de Cáritas, Santiago Boira, coordinador del libro "Mapas y territorios de la exclusión: dependencia y estrategias de intervención social en Aragón. Informe sobre la exclusión".
En la Comunidad aragonesa, agregó, solo se tienen datos de la pobreza relativa, que afectaría a 16,2% de la población, una situación que se vive sobre todo en los cascos históricos de las ciudades, como los de Zaragoza, Huesca o Alcañiz, mientras que en el medio rural existe otra pobreza diferente que tiene que ver con el acceso a los servicios.
Propuestas de acción social
El informe, dijo el secretario general de Cáritas de Zaragoza, Alberto Ruiz, es una "reflexión profunda y seria" sobre las intervenciones sociales, ya que, agregó, hasta ahora a lo más que se ha llegado es a cubrir las necesidades básicas, pero todavía queda mucha gente en situación de exclusión. Por ello, en el documento se hacen una vez más propuestas, no novedosas, pero si de "caminos algunos de ellos ya planteados, pero que todavía están por recorrer en la acción social".
Estas propuestas pasarían por la intervención integral en el ámbito individual y comunitario y la cercanía y la proximidad, ya que "nadie saldrá de la pobreza porque le demos diez euros" sino que se les debe vincular a la sociedad, señaló Boira. También apuestan por la complementariedad en su relación con la Administración, "a veces tenemos la sensación de ser utilizados por los agentes públicos proveedores de los servicios sociales" y "no somos los que estamos tapando los parches", agregó, al tiempo que afirmó que han constatado que "lo social es el cajón de sastre donde van a parar los restos y es lo último en los equipos de gobierno".
El problema de la vivienda
En el informe, además de la "persistencia" de la pobreza, Cáritas detecta un aumento de las situaciones de precariedad laboral y social, la existencia de personas mayores con ingresos exclusivos procedentes de pensiones mínimas y que el problema de la vivienda, un elemento "crítico" que establece fronteras entre la inclusión y la exclusión, afecta cada vez más a mayor número de población.
Los inmigrantes "no son un problema" pero que cada vez hay más en situación de pobreza, los menores que viven en entornos familiares problemáticos y las mujeres, son colectivos sobre los que esta organización continúa alertando.
En el libro se dedica un apartado a la Ley de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, por sus implicaciones en la población de riesgo y exclusión social, señaló Boira, quien dijo que están preocupados porque puede haber colisión entre leyes y que, ante la simultaneidad de prestaciones, las nuevas hagan desaparecer a las existentes, sin mejorarlas. Además, les preocupa que la universalidad de la Ley se quede en el derecho a solicitar, pero no responda a las necesidades y situaciones de dependencia, y que al plantear plazos de empadronamiento haya personas que no puedan acogerse a ella, además de que no recoge el concepto de dependencia social motivada por la propia pobreza.
El libro "Mapas y territorios de la exclusión: dependencia y estrategias de intervención social en Aragón. Informe sobre la exclusión" ha sido editado por Cáritas Española con el apoyo de Caja Inmaculada (CAI).
El organismo señala que, de ese porcentaje, el 17% (110.000 ciudadanos) vive situaciones de pobreza relativa, con menos de 650 euros al mes, y el 2,3% en pobreza extrema, con menos de 325 euros mensuales.
Fotógrafo: Marina Ovejero/ ADN Una calle de uno de los barrios más deprimidos de la ciudad
EFE. Zaragoza | Casi el 20% de zaragozanos, unos 125.000, siguen viviendo en la pobreza, según puso de manifiesto Cáritas al presentar un libro sobre la exclusión, en el que cuestionan que la Ley de la autonomía personal vaya a responder a todas las necesidades y situaciones, como las de dependencia social.
De este 20%, el 17% (110.000) vive situaciones de pobreza relativa, con menos de 650 euros al mes, y el 2,3% en pobreza extrema, con menos de 325 euros mensuales, señaló el responsable del Servicio de Estudios Sociales de Cáritas, Santiago Boira, coordinador del libro "Mapas y territorios de la exclusión: dependencia y estrategias de intervención social en Aragón. Informe sobre la exclusión".
En la Comunidad aragonesa, agregó, solo se tienen datos de la pobreza relativa, que afectaría a 16,2% de la población, una situación que se vive sobre todo en los cascos históricos de las ciudades, como los de Zaragoza, Huesca o Alcañiz, mientras que en el medio rural existe otra pobreza diferente que tiene que ver con el acceso a los servicios.
Propuestas de acción social
El informe, dijo el secretario general de Cáritas de Zaragoza, Alberto Ruiz, es una "reflexión profunda y seria" sobre las intervenciones sociales, ya que, agregó, hasta ahora a lo más que se ha llegado es a cubrir las necesidades básicas, pero todavía queda mucha gente en situación de exclusión. Por ello, en el documento se hacen una vez más propuestas, no novedosas, pero si de "caminos algunos de ellos ya planteados, pero que todavía están por recorrer en la acción social".
Estas propuestas pasarían por la intervención integral en el ámbito individual y comunitario y la cercanía y la proximidad, ya que "nadie saldrá de la pobreza porque le demos diez euros" sino que se les debe vincular a la sociedad, señaló Boira. También apuestan por la complementariedad en su relación con la Administración, "a veces tenemos la sensación de ser utilizados por los agentes públicos proveedores de los servicios sociales" y "no somos los que estamos tapando los parches", agregó, al tiempo que afirmó que han constatado que "lo social es el cajón de sastre donde van a parar los restos y es lo último en los equipos de gobierno".
El problema de la vivienda
En el informe, además de la "persistencia" de la pobreza, Cáritas detecta un aumento de las situaciones de precariedad laboral y social, la existencia de personas mayores con ingresos exclusivos procedentes de pensiones mínimas y que el problema de la vivienda, un elemento "crítico" que establece fronteras entre la inclusión y la exclusión, afecta cada vez más a mayor número de población.
Los inmigrantes "no son un problema" pero que cada vez hay más en situación de pobreza, los menores que viven en entornos familiares problemáticos y las mujeres, son colectivos sobre los que esta organización continúa alertando.
En el libro se dedica un apartado a la Ley de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, por sus implicaciones en la población de riesgo y exclusión social, señaló Boira, quien dijo que están preocupados porque puede haber colisión entre leyes y que, ante la simultaneidad de prestaciones, las nuevas hagan desaparecer a las existentes, sin mejorarlas. Además, les preocupa que la universalidad de la Ley se quede en el derecho a solicitar, pero no responda a las necesidades y situaciones de dependencia, y que al plantear plazos de empadronamiento haya personas que no puedan acogerse a ella, además de que no recoge el concepto de dependencia social motivada por la propia pobreza.
El libro "Mapas y territorios de la exclusión: dependencia y estrategias de intervención social en Aragón. Informe sobre la exclusión" ha sido editado por Cáritas Española con el apoyo de Caja Inmaculada (CAI).
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