Dinero que saca los colores. Fondos éticos.
Importantes fondos de pensiones excluyen de sus carteras a empresas que violan derechos humanos o dañan el medio ambiente
DAVID FERNÁNDEZ - Madrid EL PAÍS - Economía - 27-05-2007
Imagínese que usted es el consejero delegado de una compañía y un fondo de pensiones público con un patrimonio equivalente al 25% del PIB español anuncia que le excluye de su cartera de inversión. No contentos con ese castigo, los gestores del fondo dicen que su decisión se basa en la "complicidad en serias y sistemáticas violaciones de los derechos humanos". Esta situación, que seguro le provocaría como mínimo un duradero dolor de cabeza, no es ficticia. El Fondo Gubernamental Noruego, que maneja las magras pensiones de sus conciudadanos, ha sacado los colores a 14 compañías desde 2004, la última de ellas Wal-Mart, el gigante estadounidense de la distribución.
La inversión socialmente responsable lleva tiempo presente en los mercados financieros aunque ha sido en los últimos años cuando ha cogido peso. Naciones Unidas presentó en 2006 sus Principios para las Inversiones Responsables y un año después el informe anual del United Kingdom Social Investment Forum, un referente en el sector, constata cómo "cada vez son mayores" los inversores institucionales y los fondos de pensiones que se toman en serio las inversiones responsables, "en particular, los aspectos relacionados con el medio ambiente, asuntos sociales y laborales, así como las prácticas de buen gobierno empresarial".
En España, en cambio, este tipo de inversión no acaba de despegar. Sólo el 0,49% del patrimonio de los fondos está canalizado con criterios socialmente responsables, frente al 33% del Reino Unido, según un estudio del Instituto de Innovación Social de Esade con datos de 2005. "Es una clase de inversión subdesarrollada. Cada vez hay mayor conciencia social pero no se traduce en un flujo de dinero hacia estos fondos. Creo que buena parte de culpa la tienen las gestoras, con más interés por colocar otra clase de productos como los fondos garantizados", apunta Fernando Luque, de Morningstar.
Apenas hay una treintena de fondos socialmente responsables registradas en la CNMV y sólo dos fondos de pensiones privados (La Caixa y Telefónica) han comenzado a considerar estos criterios, según el estudio de Esade. En el bajo interés por el ahorro militante influye "la confusión" que hay en torno a este tipo de gestión, según Javier Ruiz, responsable de Dexia AM en España. Y es que bajo la etiqueta de lo socialmente responsables se incluyen los fondos éticos, los ecológicos, los solidarios (donan parte de las comisiones) y los sostenibles, que priman a aquellas empresas con mejor relación con su entorno (clientes, proveedores y trabajadores). "La acogida en nuestro mercado ha sido baja porque se mezcla todo. Además, este tipo de fondos cargan con el sambenito de su baja rentabilidad cuando no es cierto. Si da buena información, a igual rentabilidad, los clientes se decantarían por los fondos socialmente responsables", comenta Ruiz.
La gran esperanza del sector está puesta en el efecto arrastre que pueda tener la reforma del Fondo de Reserva de la Seguridad Social que prepara el Gobierno. El anteproyecto de ley prevé que este fondo, concebido como un colchón para el pago de las pensiones, pueda invertir parte de sus 40.300 millones en renta variable. En la actualidad sólo compra emisiones de renta fija. El Ejecutivo, además de diversificar los activos de la cartera, pretende con estos cambios sacar partido a la alta rentabilidad que viene ofreciendo la Bolsa en los últimos años En la elección de compañías donde destinar el dinero se tendrán en cuenta principios de responsabilidad social, económica y ambiental, "que serán detallados en el reglamento que desarrollará la ley, previo acuerdo con sindicatos y empresarios".
El Fondo de Reserva no tendrá posiciones de control en las compañías. Tampoco ejercerá sus derechos políticos siempre que éstos "signifiquen intervenir en la ida económica de las empresas". Ambas características, especialmente la segunda, le diferenciarán de otros fondos públicos de pensiones como, por ejemplo, Calpers. Este fondo, uno de los mayores del mundo gracias a que maneja los ahorros de los funcionarios de California, es el principal referente en cuanto a la inversión responsable se refiere. Calpers publica varias listas con carácter anual. En una de ellas señala a las empresas con peores prácticas de buen gobierno. Otro de los listados establece en qué países emergentes merece la pena invertir, basándose en factores como su transparencia o el respeto de los derechos humanos. Recientemente ha añadido a Marruecos a la lista, pero aún excluye a economías como China y Rusia.
Calpers es también un actor activo en las juntas y ha jugado un papel importante en el despido del antiguo consejero delegado de Walt Disney, Michael Eisner. También causó revuelo su voto contrario a la reelección como consejero de Coca Cola de Warrent Buffet, segunda fortuna del planeta.
"Cuando una empresa o un país ha estado en la cartera de un fondo y luego deja de estarlo, es bueno que se haga público. Eso sí, siempre y cuando no se utilice como arma para estigmatizar", opina Ignasi Carreras, director de Instituto de Innovación Social. Carreras alerta del peligro de distorsionar los fines de la inversión socialmente responsable si se usa como arma política. En este sentido, las leyes californianas han prohibido a los fondos de pensiones estatales como Calpers invertir en Sudán o en compañías que comercien con este país por el genocidio de Darfur. Están estudiando hacer lo mismo con Irán. "¿Quién financia al terrorismo? ¡Por mis muertos que no será el dinero de nuestros funcionarios!", ha espetado a Bloomberg Joel Anderson, el miembro del partido Republicano que ha llevado la propuesta del veto iraní a la asamblea californiana.
Importantes fondos de pensiones excluyen de sus carteras a empresas que violan derechos humanos o dañan el medio ambiente
DAVID FERNÁNDEZ - Madrid EL PAÍS - Economía - 27-05-2007
Imagínese que usted es el consejero delegado de una compañía y un fondo de pensiones público con un patrimonio equivalente al 25% del PIB español anuncia que le excluye de su cartera de inversión. No contentos con ese castigo, los gestores del fondo dicen que su decisión se basa en la "complicidad en serias y sistemáticas violaciones de los derechos humanos". Esta situación, que seguro le provocaría como mínimo un duradero dolor de cabeza, no es ficticia. El Fondo Gubernamental Noruego, que maneja las magras pensiones de sus conciudadanos, ha sacado los colores a 14 compañías desde 2004, la última de ellas Wal-Mart, el gigante estadounidense de la distribución.
La inversión socialmente responsable lleva tiempo presente en los mercados financieros aunque ha sido en los últimos años cuando ha cogido peso. Naciones Unidas presentó en 2006 sus Principios para las Inversiones Responsables y un año después el informe anual del United Kingdom Social Investment Forum, un referente en el sector, constata cómo "cada vez son mayores" los inversores institucionales y los fondos de pensiones que se toman en serio las inversiones responsables, "en particular, los aspectos relacionados con el medio ambiente, asuntos sociales y laborales, así como las prácticas de buen gobierno empresarial".
En España, en cambio, este tipo de inversión no acaba de despegar. Sólo el 0,49% del patrimonio de los fondos está canalizado con criterios socialmente responsables, frente al 33% del Reino Unido, según un estudio del Instituto de Innovación Social de Esade con datos de 2005. "Es una clase de inversión subdesarrollada. Cada vez hay mayor conciencia social pero no se traduce en un flujo de dinero hacia estos fondos. Creo que buena parte de culpa la tienen las gestoras, con más interés por colocar otra clase de productos como los fondos garantizados", apunta Fernando Luque, de Morningstar.
Apenas hay una treintena de fondos socialmente responsables registradas en la CNMV y sólo dos fondos de pensiones privados (La Caixa y Telefónica) han comenzado a considerar estos criterios, según el estudio de Esade. En el bajo interés por el ahorro militante influye "la confusión" que hay en torno a este tipo de gestión, según Javier Ruiz, responsable de Dexia AM en España. Y es que bajo la etiqueta de lo socialmente responsables se incluyen los fondos éticos, los ecológicos, los solidarios (donan parte de las comisiones) y los sostenibles, que priman a aquellas empresas con mejor relación con su entorno (clientes, proveedores y trabajadores). "La acogida en nuestro mercado ha sido baja porque se mezcla todo. Además, este tipo de fondos cargan con el sambenito de su baja rentabilidad cuando no es cierto. Si da buena información, a igual rentabilidad, los clientes se decantarían por los fondos socialmente responsables", comenta Ruiz.
La gran esperanza del sector está puesta en el efecto arrastre que pueda tener la reforma del Fondo de Reserva de la Seguridad Social que prepara el Gobierno. El anteproyecto de ley prevé que este fondo, concebido como un colchón para el pago de las pensiones, pueda invertir parte de sus 40.300 millones en renta variable. En la actualidad sólo compra emisiones de renta fija. El Ejecutivo, además de diversificar los activos de la cartera, pretende con estos cambios sacar partido a la alta rentabilidad que viene ofreciendo la Bolsa en los últimos años En la elección de compañías donde destinar el dinero se tendrán en cuenta principios de responsabilidad social, económica y ambiental, "que serán detallados en el reglamento que desarrollará la ley, previo acuerdo con sindicatos y empresarios".
El Fondo de Reserva no tendrá posiciones de control en las compañías. Tampoco ejercerá sus derechos políticos siempre que éstos "signifiquen intervenir en la ida económica de las empresas". Ambas características, especialmente la segunda, le diferenciarán de otros fondos públicos de pensiones como, por ejemplo, Calpers. Este fondo, uno de los mayores del mundo gracias a que maneja los ahorros de los funcionarios de California, es el principal referente en cuanto a la inversión responsable se refiere. Calpers publica varias listas con carácter anual. En una de ellas señala a las empresas con peores prácticas de buen gobierno. Otro de los listados establece en qué países emergentes merece la pena invertir, basándose en factores como su transparencia o el respeto de los derechos humanos. Recientemente ha añadido a Marruecos a la lista, pero aún excluye a economías como China y Rusia.
Calpers es también un actor activo en las juntas y ha jugado un papel importante en el despido del antiguo consejero delegado de Walt Disney, Michael Eisner. También causó revuelo su voto contrario a la reelección como consejero de Coca Cola de Warrent Buffet, segunda fortuna del planeta.
"Cuando una empresa o un país ha estado en la cartera de un fondo y luego deja de estarlo, es bueno que se haga público. Eso sí, siempre y cuando no se utilice como arma para estigmatizar", opina Ignasi Carreras, director de Instituto de Innovación Social. Carreras alerta del peligro de distorsionar los fines de la inversión socialmente responsable si se usa como arma política. En este sentido, las leyes californianas han prohibido a los fondos de pensiones estatales como Calpers invertir en Sudán o en compañías que comercien con este país por el genocidio de Darfur. Están estudiando hacer lo mismo con Irán. "¿Quién financia al terrorismo? ¡Por mis muertos que no será el dinero de nuestros funcionarios!", ha espetado a Bloomberg Joel Anderson, el miembro del partido Republicano que ha llevado la propuesta del veto iraní a la asamblea californiana.
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