El cambio climático empieza en casa. Ponga un panel en su tejado. La energía solar térmica y la fotovoltaica son cada vez más asequibles para los hogares. El metro cuadrado vale 780 euros. M. GALAZ - Madrid EL PAÍS - Sociedad - 25-03-2007
El nuevo código técnico de la edificación, aprobado por el Gobierno, exige que las edificaciones que se construyan a partir de este año cuenten con paneles solares para suministrar agua caliente sanitaria a las casas. Por supuesto, estos paneles se pueden instalar en casas ya construidas. Se puede optar por paneles solares y fotovoltaicos. ¿En qué se diferencian?
La energía solar térmica sirve para calentar agua para diversos usos, apoyar al sistema de calefacción, en el calentamiento de piscinas, en procesos industriales con calentamiento de agua u otros fluidos, así como para producir frío para la climatización en combinación con una máquina de absorción. La energía solar fotovoltaica se usa para generar energía eléctrica.
Las instalaciones de energía solar térmica normalmente cubren el 60% de las necesidades para producir el agua caliente sanitaria necesaria.
Los sistemas solares térmicos y los fotovoltaicos son técnicamente independientes entre sí, es decir, de un mismo panel no se puede obtener al mismo tiempo calor y energía eléctrica.
Los fotovoltaicos son los que generan energía que, posteriormente, se suministra a la red. Es decir, su propietario vende a la compañía eléctrica lo que produce, y por ello obtiene tres veces el valor de lo que la compañía le cobra por un kilovatio.
Para poder obtener simultáneamente estas dos energías es preciso instalar dos sistemas distintos, uno térmico y el otro fotovoltaico.
Según expertos consultados, el coste medio de cada metro cuadrado, ya instalado, de panel solar térmico es de unos 780 euros. Si se considera una instalación media por vivienda de seis metros cuadrados de superficie, el coste de adaptar una casa para calentar el agua con energía solar térmica es de 4.700 euros. Esta energía es limpia, no produce emisiones de efecto invernadero ni tampoco favorece la destrucción de la capa de ozono. Las aplicaciones de la energía solar alcanzan todo tipo de instalaciones, tanto en edificios de viviendas como en grandes instalaciones industriales.
Una pregunta muy común en los futuros usuarios es: ¿me quedaré sin agua caliente cuando no haya sol?
Los colectores solares no sólo captan los rayos del sol durante los días despejados. La radiación difusa existente en cielos nublados también es aprovechada, aunque con menor rendimiento que en circunstancias favorables. Durante los periodos de clima adverso, el acumulador se encarga de mantener el agua a unos grados constantes sin que apenas se produzcan pérdidas de temperatura.
En caso de largos periodos de clima adverso, este tipo de instalaciones tiene que recurrir a sistemas de apoyo alimentados mediante energías convencionales (gas, electricidad, gasóleo...) que, en caso de necesidad, aportan la temperatura necesaria para su uso. En definitiva, los paneles fotovoltaicos generan electricidad en días nublados, aunque con rendimiento menor.
El nuevo código técnico de la edificación, aprobado por el Gobierno, exige que las edificaciones que se construyan a partir de este año cuenten con paneles solares para suministrar agua caliente sanitaria a las casas. Por supuesto, estos paneles se pueden instalar en casas ya construidas. Se puede optar por paneles solares y fotovoltaicos. ¿En qué se diferencian?
La energía solar térmica sirve para calentar agua para diversos usos, apoyar al sistema de calefacción, en el calentamiento de piscinas, en procesos industriales con calentamiento de agua u otros fluidos, así como para producir frío para la climatización en combinación con una máquina de absorción. La energía solar fotovoltaica se usa para generar energía eléctrica.
Las instalaciones de energía solar térmica normalmente cubren el 60% de las necesidades para producir el agua caliente sanitaria necesaria.
Los sistemas solares térmicos y los fotovoltaicos son técnicamente independientes entre sí, es decir, de un mismo panel no se puede obtener al mismo tiempo calor y energía eléctrica.
Los fotovoltaicos son los que generan energía que, posteriormente, se suministra a la red. Es decir, su propietario vende a la compañía eléctrica lo que produce, y por ello obtiene tres veces el valor de lo que la compañía le cobra por un kilovatio.
Para poder obtener simultáneamente estas dos energías es preciso instalar dos sistemas distintos, uno térmico y el otro fotovoltaico.
Según expertos consultados, el coste medio de cada metro cuadrado, ya instalado, de panel solar térmico es de unos 780 euros. Si se considera una instalación media por vivienda de seis metros cuadrados de superficie, el coste de adaptar una casa para calentar el agua con energía solar térmica es de 4.700 euros. Esta energía es limpia, no produce emisiones de efecto invernadero ni tampoco favorece la destrucción de la capa de ozono. Las aplicaciones de la energía solar alcanzan todo tipo de instalaciones, tanto en edificios de viviendas como en grandes instalaciones industriales.
Una pregunta muy común en los futuros usuarios es: ¿me quedaré sin agua caliente cuando no haya sol?
Los colectores solares no sólo captan los rayos del sol durante los días despejados. La radiación difusa existente en cielos nublados también es aprovechada, aunque con menor rendimiento que en circunstancias favorables. Durante los periodos de clima adverso, el acumulador se encarga de mantener el agua a unos grados constantes sin que apenas se produzcan pérdidas de temperatura.
En caso de largos periodos de clima adverso, este tipo de instalaciones tiene que recurrir a sistemas de apoyo alimentados mediante energías convencionales (gas, electricidad, gasóleo...) que, en caso de necesidad, aportan la temperatura necesaria para su uso. En definitiva, los paneles fotovoltaicos generan electricidad en días nublados, aunque con rendimiento menor.
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