"Dios creó al hombre y al mono y luego se juntaron". J. P. - Madrid. EL PAÍS - Sociedad - 06-12-2008
Virginia, una alumna de sexto de Primaria de un colegio concertado de Madrid, tiene ideas propias sobre el origen del hombre. "Al principio no había nada", narra esta niña, hija de profesionales liberales de creencias católicas. "Entonces se produjo el Big Bang. Y en ese momento apareció Dios. Primero creó al hombre y de su costilla, a la mujer. Los puso arriba. Creó después a los monos y los puso abajo. La teoría de Darwin dice que los monos evolucionaron hasta alcanzar al hombre. Se juntaron y hasta hoy".
Esta niña intenta conciliar desde sus 12 años las dos explicaciones opuestas que recibe en el colegio sobre el origen del universo. Por un lado, estudia en clase de religión católica la creación como la narra el Génesis. El profesor se basa en el libro de texto de la editorial Edebé, una de las más populares del sistema educativo. Por otro, atiende a la explicación sobre la evolución de las especies en clase de conocimiento del medio. No sabe cuál de las dos versiones es la verdadera y las armoniza como puede.
Pero Virginia, si no aclara conceptos, suspenderá la asignatura que no es opcional, la de ciencias. Por esta razón son muchas las voces que piden que las doctrinas confesionales salgan de las aulas. Entre ellas la del teólogo y profesor de religión Luis Guridi, fundador de la Asociación Nacional de Profesores de Religión, que agrupa a enseñantes de signo progresista. "Muchos profesores no se creen lo que están enseñando. Pero no se atreven a cuestionarlo. Y generan tremendas confusiones en el alumnado. Es lamentable porque estamos hablando de niños", comenta.
Disparates
El portavoz de la Asociación de Directores de Institutos de Enseñanza Secundaria, José Antonio Martínez, califica tales situaciones de "barbaridades" e insiste en el carácter aconfesional que debería tener la escuela pública. "Es tan fácil adoctrinar a los niños... Los alumnos se creen prácticamente todo lo que les soltamos desde la cátedra. Por eso es urgente que Educación ponga fin a estos disparates".
En la otra orilla ideológica, Jaime Urcelay, presidente de los católicos Profesionales por la Ética, recuerda que el Vaticano nunca ha condenado a Darwin y que los niños deben saber que la evolución de las especies puede ser una teoría válida, "pero la creación del alma siempre corresponderá a Dios".
Virginia, una alumna de sexto de Primaria de un colegio concertado de Madrid, tiene ideas propias sobre el origen del hombre. "Al principio no había nada", narra esta niña, hija de profesionales liberales de creencias católicas. "Entonces se produjo el Big Bang. Y en ese momento apareció Dios. Primero creó al hombre y de su costilla, a la mujer. Los puso arriba. Creó después a los monos y los puso abajo. La teoría de Darwin dice que los monos evolucionaron hasta alcanzar al hombre. Se juntaron y hasta hoy".
Esta niña intenta conciliar desde sus 12 años las dos explicaciones opuestas que recibe en el colegio sobre el origen del universo. Por un lado, estudia en clase de religión católica la creación como la narra el Génesis. El profesor se basa en el libro de texto de la editorial Edebé, una de las más populares del sistema educativo. Por otro, atiende a la explicación sobre la evolución de las especies en clase de conocimiento del medio. No sabe cuál de las dos versiones es la verdadera y las armoniza como puede.
Pero Virginia, si no aclara conceptos, suspenderá la asignatura que no es opcional, la de ciencias. Por esta razón son muchas las voces que piden que las doctrinas confesionales salgan de las aulas. Entre ellas la del teólogo y profesor de religión Luis Guridi, fundador de la Asociación Nacional de Profesores de Religión, que agrupa a enseñantes de signo progresista. "Muchos profesores no se creen lo que están enseñando. Pero no se atreven a cuestionarlo. Y generan tremendas confusiones en el alumnado. Es lamentable porque estamos hablando de niños", comenta.
Disparates
El portavoz de la Asociación de Directores de Institutos de Enseñanza Secundaria, José Antonio Martínez, califica tales situaciones de "barbaridades" e insiste en el carácter aconfesional que debería tener la escuela pública. "Es tan fácil adoctrinar a los niños... Los alumnos se creen prácticamente todo lo que les soltamos desde la cátedra. Por eso es urgente que Educación ponga fin a estos disparates".
En la otra orilla ideológica, Jaime Urcelay, presidente de los católicos Profesionales por la Ética, recuerda que el Vaticano nunca ha condenado a Darwin y que los niños deben saber que la evolución de las especies puede ser una teoría válida, "pero la creación del alma siempre corresponderá a Dios".
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