Las comedias románticas "made in Hollywood" pueden estropear una relación amorosa porque colocan el listón muy alto en materia de expectativas, según un estudio de la Universidad Heriot-Watt, de Edimburgo.
Según los psicólogos, ese tipo de películas, con argumentos muy poco plausibles y finales felices altamente improbables, transmiten una falsa sensación de "relaciones perfectas" y expectativas nada realistas. Los cineastas simplifican también excesivamente el proceso de enamoramiento y dan la impresión de que es algo que se logra sin ningún esfuerzo por parte de la pareja.
Cuarenta películas de entre 1995 y 2005
El equipo de la Universidad escocesa analizó cuarenta películas muy taquilleras estrenadas entre 1995 y el 2005 y distribuyó luego entre varios cientos de personas cuestionarios sobre sus relaciones sentimentales. Los psicólogos llegaron a la conclusión de que los aficionados a las comedias románticas muchas veces no logran una comunicación eficaz con sus parejas."Los asesores matrimoniales encuentran con frecuencia parejas que creen que las relaciones sexuales deben ser siempre perfectas y que no sienten la necesidad de comunicar con la otra persona para expresarle sus deseos", señala Bjarne Holmes, el psicólogo que dirigió el estudio.
Esperan una relación perfecta, como en la tele
"Aunque la mayoría sabe que resulta poco realista esperar de una relación que sea perfecta, algunos siguen estando mucho más influidos de lo que creemos por la forma en que el cine o la TV presentan esas relaciones", agrega el experto.La idea de que es necesario invertir tiempo y energía en una relación no es precisamente popular entre los cineastas, critica.Según Kimberley Johnson, otras psicóloga que participó en el estudio, "las películas reflejan la emoción que acompaña a una nueva relación, pero dan a entender equivocadamente que la entrega amorosa y la confianza se dan desde el mismo momento en que dos personas se conocen cuando son cualidades que normalmente tardan años en desarrollarse". Los investigadores se proponen llevar ahora a cabo un estudio internacional más amplio sobre el mismo tema y han colocado un cuestionario al respecto en el portal de internet www.attachmentresearch.org.
La estabilidad conyugal y familiar sigue en crisis. Ése es al menos el diagnóstico del Instituto de Política Familiar (IPF), que anunció que, durante los nueve primeros meses de 2008, se produjeron en España casi 100.000 fracasos matrimoniales, de acuerdo con los datos del Consejo General del Poder Judicial. En ese lapso de tiempo se rompieron 96.500 parejas (89.744 divorcios, 6.599 separaciones y 157 nulidades), lo que supone una ruptura cada cuatro minutos y 357 al día. Además, cuatro de cada diez (el 38%) fueron conflictivas, toda vez que tuvieron lugar sin acuerdo y de manera no amistosa.
Esta asociación privada subraya que ni la crisis económica, que había sido uno de los factores de un previsible descenso de rupturas familiares el año pasado y comienzos del presente, ni el descenso continuado del número de matrimonios en los últimos cinco años han logrado parar los fracasos de las parejas formalizadas.
Es más, la IPF sostiene que la ruptura conyugal continúa agravándose, tal como lo demuestran la frías cifras que encierran numerosos fracasos sentimentales y familiares: durante el periodo 2002-2007, la población aumentó en un 9,4% (con un incremento de más de 3,8 millones de personas) y el número de matrimonios descendió en un 3,7%, contabilizándose 7.825 matrimonios menos anualmente. Aún así, el número de rupturas ha crecido en un 19,1%, toda vez que ha pasado de 115.000 en 2002 a 137.000 en 2007.
El tercer trimestre de 2008 registró también prácticamente el mismo número de rupturas que en el 2007. Es esos tres meses se alcanzaron las 26.435 rupturas (24.560 divorcios, 1.828 separaciones y 47 nulidades), lo que representó tan solo un leve descenso del 1% con respecto al mismo periodo del año anterior. Y eso, recalca la IPF, a pesar del ralentizamiento de las crisis conyugales a consecuencia de los nubarrones económicos y de que este trimestre es, históricamente, en el que se producen menos rupturas al coincidir con las vacaciones de verano.
El 93%, divorcios
Durante los primeros nueve meses del año pasado, el 93% de las parejas rotas culminaron su proceso en divorcio, la ruptura definitiva del vínculo conyugal. Indica la asociación que este es el método "casi unánime" de ruptura, toda vez que la separación de la convivencia conyugal, que representa un 6,8%, es "casi residual y testimonial".
En algunas Comunidades Autónomas esto es, incluso, más pronunciado, como en Canarias y Cantabria, donde el divorcio supuso el 95,7% de los casos. Pero en cifras redondas, las CCAA que encabezan la lista de mayor número de rupturas en los nueve primeros meses del 2008 son Andalucía (con 18.052), seguida de Cataluña (17.489) y Madrid (13.197). La cierran, con menor número de fracasos, La Rioja, Navarra y Cantabria. Las CCAA donde se registraron un menor número de divorcios fueron Extremadura y las dos Castillas.
El Instituto de Política Familiar resalta la "impresionante escalada" de los divorcios, que se han cuasi triplicado en apenas seis años. Y es que, el número de divorcios ha pasado de representar el 36,5% de las rupturas en el año 2002 (una de cada tres rupturas eran divorcios) a ser casi la totalidad en el 2008 (93% en los primeros nueve meses).
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