Entrevista con Pere Caba de Fincas Corral. «Con un cuartillo de rebaja de tipos, el BCE eliminaría la crisis psicológica». Pere Caba se ha propuesto el reto de remontar las turbulentas aguas de la crisis. YOLANDA CARDO. JOAN CARLES VALERO. ABC Cataluña.
BARCELONA. La actual crisis inmobiliaria supone un auténtico proceso darwiniano para el sector. Sólo sobrevivirán los fuertes o los que, como Fincas Corral, se anticiparon a la crisis y en el primer semestre del año pasado empezaron a ajustarse ante el repliegue de la demanda para evitar los procesos concursales a los que se han visto abocados sus competidores, como Expofinques, y sin necesidad de presentar expedientes de regulación de empleo (ERE), como ahora hace Don Piso.
PriceWaterhouseCoopers subraya en un informe sobre las perspectivas de negocio en el sector, que en el plazo de un año invertir en inmobiliario volverá a ser un «interesante». Sin embargo, el sector no ha sabido articular su influencia como lo hace el de la construcción, que acaba de nombrar como presidente de su patronal Seopan a David Taguas, el anterior director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno.
Incapacidad para influir
Uno de los problemas que arrastra el inmobiliario es que no ha sabido estructurarse ni ejercer de «lobby», a pesar de ser uno de los sectores de mayor impacto económico, no sólo por el número de puestos de trabajo y de generación de riqueza y de impuestos, sino porque su materia prima constituye un derecho fundamental de los ciudadanos.
Sin embargo, pese a que el estallido de la burbuja inmobiliaria puede haber sido el más anticipado, nada ha hecho el Gobierno ni el propio sector para prever y evitar sus dramáticas consecuencias.
Sector «commodity»
Dado que la vivienda es una necesidad básica como la alimentación, la función del intermediario se antoja necesaria para casar la oferta y la demanda. Visto de esta forma, el sector se convierte en una «commodity». Además, según Pere Caba, nuevo director general de Fincas Corral, «toda la demanda ahora estancada crea una bolsa de sobredemanda latente que tarde o temprano aflorará». Para este ejecutivo, «lo peor está acabando de pasar» y ve luz al final del túnel.
-Los últimos datos del INE del primer trimestre de 2008 señalan una caída de compraventas del 24% en toda España, mientras un estudio del IESE refleja que la caída de precios también ha sido la mayor. ¿El sector ha tocado ya fondo o seguirá cayendo?
-El mercado experimenta aún una caída muy importante. La verdad, entre tantas cifras, uno ya se marea. No sé cuál de todas las publicadas es la verdadera. Probablemente, la oficial será la mejor. En cualquier caso, el mercado está tocando fondo. Una caída superior a la de ahora difícilmente la va a haber. Por lo tanto, dejémonos de porcentajes, y digamos la verdad: como consecuencia de la caída de mercado y de la falta de financiación, las empresas están en unos momento extremadamente difíciles.
-Al ser la caída mayor en la vivienda de segunda mano que en la nueva, ¿afecta más al sector de la intermediación?
-Sí, afecta más. Pero el mercado siempre se regenera, aunque no será de forma inmediata. Entre las múltiples crisis existentes, el sector sufre la del tiempo, que la caída ha sido demasiado rápida y los procesos de ajuste del mercado y de los agentes que intervienen no es tan rápida. La oferta y la demanda se tienen que casar, pero no ocurrirá de un mes para otro. Los ciclos de ajuste suelen ser más amplios y el de ahora exige a todo un secotr que se ajuste muy rápidamente.
-¿Qué quiere decir con casar la oferta y la demanda?
-Que la oferta se tiene que ajustar desde punto de vista de las viviendas, de su configuración, y la demanda desde el punto de vista del cliente. Ahora hay más oferta de vivienda nueva que de segunda mano, pero de las usadas va a salir más oferta, tanto para vender como para alquilar.
-Otro informe revela que el sector encabeza la disolución de empresas en lo que va de año. ¿Veremos aún más cadáveres en la cuneta económica?
-Fruto de esta caída dramática caída del mercado, muchas empresas no han podido soportarlo y quedan aquellas que pudieron prever con una cierta anticipación lo que se iba a producir y empezaron sus procesos de ajuste. Los que les ha pillado desprevenidos están condenados a desaparecer. En ningún sector económico de ningún país del mundo las empresas pueden ajustarse cuando las caídas de sus mercados son del 50%. Es matemáticamente imposible. Normalmente, se considera que un sector está deprimido cuando su crecimiento es inferior al del PIB.
-Otro informe de la Confederación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) concluye que han cerrado el 40% de las oficinas de intermediación en España. ¿Es exagerada esa cifra?
-Son los datos que ellos tienen, pero sólo hay que pasear por las calles para comprobar que donde antes había una oficina inmobiliaria ahora hay un cartel de local venta. No solo desaparecen las oficinas de intermediación inmobiliaria, sino también las de intermediación financiera y oficinas bancarias, porque las cajas de ahorros y bancos también cierran. El reajuste es absoluto.
-Haga un poco de prospectiva. ¿Los precios bajarán más? ¿Qué pasará con el sector?
-La crisis inmobiliaria y financiera no pueden separarse. Estoy convencido de que la crisis financiera no dudará mucho más. Como los procesos de ajustes son lentos, vamos a dar el año 2008 casi por perdido, pero esperamos que en el segundo semestre se note algún síntoma de recuperación. Existen movimientos en entidades financieras que demuestran que a corto plazo se empezará a dinamizar el mercado.
-¿Qué pesa en la crisis el factor psicológico de la incertidumbre?
-Las crisis psicológicas son peores que las reales, porque siempre las supera. Pero tampoco el Gobierno se ha manifestado con propuestas claras. Cuando los mensajes gubernamentales y la forma de legislar no generan confianza, se alimenta precisamente la crisis de confianza dentro de los mercados y se transmite y se nota en todas partes. Se ha hablado más de crisis inmobiliaria que de crisis económica y financiera, cuando creo que es más importante la crisis financiera, porque es la de fondo, la de verdad. La demanda se resiente por la desconfianza y también al pensar que los precios van a bajar más.
-¿Y bajarán más?
-Los precios no van a bajar más, precisamente por el poco margen de tiempo que tienen para sobrevivir los ya los han bajado de forma dramática. Muchas promociones se están vendiendo a precios de coste y ya no se podrá bajar más.
-Entonces, ¿es tiempo de oportunidades?
-Siempre hay oportunidades. Si buscas, encuentras, pero de forma general, no habrá gangas.
-¿Los inmigrantes están devolviendo las llaves de los pisos que acababan de comprar?
-El inmigrantes es en estos momentos el eslabón más débil de la cadena. Son familias de nivel medio bajo e ingresos a veces precarios. Hacen un esfuerzo para adquirir una vivienda y ahora se les cierra el acceso al crédito.
-Y se rompe la cadena de quienes quieren vender para acceder a una mejor...
-Efectivamente. La cadena de compras inmobiliarias siempre empieza por abajo, por el piso pequeño, la pequeña inversión, que se utiliza como trampolín a la mejora de la calidad de vida. Con los inmigrantes nos encontramos que las entidades financieras no aprueban los expedientes que presentamos. A veces en contra de nuestro propio criterio, porque ya filtramos los riesgos del comprador. Son problemas de las entidades no de riesgo objetivo. Ellos quieren evitar a corto plazo la morosidad, como sea, y la forma es eliminar los clientes con más riesgo.
-¿Hace suficiente el Gobierno?
-Entiendo la posición del ministro Solbes, pero no la comparto. En Inglaterra, cuando un sector como el nuestro sufre una recesión, quien acude a promocionar la vivienda oficial, de protección, es el Gobierno, y creo que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes. En EE.UU. se ha ido más rapidamente a atacar de raíz los problemas y estoy convencido que saldrá de la crisis mucho antes que Europa.
-¿El Banco Central Europeo (BCE) no lo está haciendo bien?
-Está obsesionado con la inflación. El BCE no ha tocado los tipos desde junio del año pasado y el euribor está por las nubes, mientras en EE.UU. han bajado los tipos varias veces y así han dinamizado rapidamente el consumo. Por eso saldrán antes de la crisis que nosotros. Me pregunto si el problema de este país es el incremento de precio de la leche y de los huevos. ¿No será que el precio de los carburantes está a niveles astronómicos, no será que hay muchas empresas que ven afectados sus márgenes por el precio de la gasolina?
-¿Cómo se resolvería la crisis psicológica?
-Con una rebaja del 0,25 de lo tipos interés, un cuartillo, no se haría ningún daño a la inflación y eliminaría el plus de crisis psicológica que padecemos.
PriceWaterhouseCoopers subraya en un informe sobre las perspectivas de negocio en el sector, que en el plazo de un año invertir en inmobiliario volverá a ser un «interesante». Sin embargo, el sector no ha sabido articular su influencia como lo hace el de la construcción, que acaba de nombrar como presidente de su patronal Seopan a David Taguas, el anterior director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno.
Incapacidad para influir
Uno de los problemas que arrastra el inmobiliario es que no ha sabido estructurarse ni ejercer de «lobby», a pesar de ser uno de los sectores de mayor impacto económico, no sólo por el número de puestos de trabajo y de generación de riqueza y de impuestos, sino porque su materia prima constituye un derecho fundamental de los ciudadanos.
Sin embargo, pese a que el estallido de la burbuja inmobiliaria puede haber sido el más anticipado, nada ha hecho el Gobierno ni el propio sector para prever y evitar sus dramáticas consecuencias.
Sector «commodity»
Dado que la vivienda es una necesidad básica como la alimentación, la función del intermediario se antoja necesaria para casar la oferta y la demanda. Visto de esta forma, el sector se convierte en una «commodity». Además, según Pere Caba, nuevo director general de Fincas Corral, «toda la demanda ahora estancada crea una bolsa de sobredemanda latente que tarde o temprano aflorará». Para este ejecutivo, «lo peor está acabando de pasar» y ve luz al final del túnel.
-Los últimos datos del INE del primer trimestre de 2008 señalan una caída de compraventas del 24% en toda España, mientras un estudio del IESE refleja que la caída de precios también ha sido la mayor. ¿El sector ha tocado ya fondo o seguirá cayendo?
-El mercado experimenta aún una caída muy importante. La verdad, entre tantas cifras, uno ya se marea. No sé cuál de todas las publicadas es la verdadera. Probablemente, la oficial será la mejor. En cualquier caso, el mercado está tocando fondo. Una caída superior a la de ahora difícilmente la va a haber. Por lo tanto, dejémonos de porcentajes, y digamos la verdad: como consecuencia de la caída de mercado y de la falta de financiación, las empresas están en unos momento extremadamente difíciles.
-Al ser la caída mayor en la vivienda de segunda mano que en la nueva, ¿afecta más al sector de la intermediación?
-Sí, afecta más. Pero el mercado siempre se regenera, aunque no será de forma inmediata. Entre las múltiples crisis existentes, el sector sufre la del tiempo, que la caída ha sido demasiado rápida y los procesos de ajuste del mercado y de los agentes que intervienen no es tan rápida. La oferta y la demanda se tienen que casar, pero no ocurrirá de un mes para otro. Los ciclos de ajuste suelen ser más amplios y el de ahora exige a todo un secotr que se ajuste muy rápidamente.
-¿Qué quiere decir con casar la oferta y la demanda?
-Que la oferta se tiene que ajustar desde punto de vista de las viviendas, de su configuración, y la demanda desde el punto de vista del cliente. Ahora hay más oferta de vivienda nueva que de segunda mano, pero de las usadas va a salir más oferta, tanto para vender como para alquilar.
-Otro informe revela que el sector encabeza la disolución de empresas en lo que va de año. ¿Veremos aún más cadáveres en la cuneta económica?
-Fruto de esta caída dramática caída del mercado, muchas empresas no han podido soportarlo y quedan aquellas que pudieron prever con una cierta anticipación lo que se iba a producir y empezaron sus procesos de ajuste. Los que les ha pillado desprevenidos están condenados a desaparecer. En ningún sector económico de ningún país del mundo las empresas pueden ajustarse cuando las caídas de sus mercados son del 50%. Es matemáticamente imposible. Normalmente, se considera que un sector está deprimido cuando su crecimiento es inferior al del PIB.
-Otro informe de la Confederación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) concluye que han cerrado el 40% de las oficinas de intermediación en España. ¿Es exagerada esa cifra?
-Son los datos que ellos tienen, pero sólo hay que pasear por las calles para comprobar que donde antes había una oficina inmobiliaria ahora hay un cartel de local venta. No solo desaparecen las oficinas de intermediación inmobiliaria, sino también las de intermediación financiera y oficinas bancarias, porque las cajas de ahorros y bancos también cierran. El reajuste es absoluto.
-Haga un poco de prospectiva. ¿Los precios bajarán más? ¿Qué pasará con el sector?
-La crisis inmobiliaria y financiera no pueden separarse. Estoy convencido de que la crisis financiera no dudará mucho más. Como los procesos de ajustes son lentos, vamos a dar el año 2008 casi por perdido, pero esperamos que en el segundo semestre se note algún síntoma de recuperación. Existen movimientos en entidades financieras que demuestran que a corto plazo se empezará a dinamizar el mercado.
-¿Qué pesa en la crisis el factor psicológico de la incertidumbre?
-Las crisis psicológicas son peores que las reales, porque siempre las supera. Pero tampoco el Gobierno se ha manifestado con propuestas claras. Cuando los mensajes gubernamentales y la forma de legislar no generan confianza, se alimenta precisamente la crisis de confianza dentro de los mercados y se transmite y se nota en todas partes. Se ha hablado más de crisis inmobiliaria que de crisis económica y financiera, cuando creo que es más importante la crisis financiera, porque es la de fondo, la de verdad. La demanda se resiente por la desconfianza y también al pensar que los precios van a bajar más.
-¿Y bajarán más?
-Los precios no van a bajar más, precisamente por el poco margen de tiempo que tienen para sobrevivir los ya los han bajado de forma dramática. Muchas promociones se están vendiendo a precios de coste y ya no se podrá bajar más.
-Entonces, ¿es tiempo de oportunidades?
-Siempre hay oportunidades. Si buscas, encuentras, pero de forma general, no habrá gangas.
-¿Los inmigrantes están devolviendo las llaves de los pisos que acababan de comprar?
-El inmigrantes es en estos momentos el eslabón más débil de la cadena. Son familias de nivel medio bajo e ingresos a veces precarios. Hacen un esfuerzo para adquirir una vivienda y ahora se les cierra el acceso al crédito.
-Y se rompe la cadena de quienes quieren vender para acceder a una mejor...
-Efectivamente. La cadena de compras inmobiliarias siempre empieza por abajo, por el piso pequeño, la pequeña inversión, que se utiliza como trampolín a la mejora de la calidad de vida. Con los inmigrantes nos encontramos que las entidades financieras no aprueban los expedientes que presentamos. A veces en contra de nuestro propio criterio, porque ya filtramos los riesgos del comprador. Son problemas de las entidades no de riesgo objetivo. Ellos quieren evitar a corto plazo la morosidad, como sea, y la forma es eliminar los clientes con más riesgo.
-¿Hace suficiente el Gobierno?
-Entiendo la posición del ministro Solbes, pero no la comparto. En Inglaterra, cuando un sector como el nuestro sufre una recesión, quien acude a promocionar la vivienda oficial, de protección, es el Gobierno, y creo que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes. En EE.UU. se ha ido más rapidamente a atacar de raíz los problemas y estoy convencido que saldrá de la crisis mucho antes que Europa.
-¿El Banco Central Europeo (BCE) no lo está haciendo bien?
-Está obsesionado con la inflación. El BCE no ha tocado los tipos desde junio del año pasado y el euribor está por las nubes, mientras en EE.UU. han bajado los tipos varias veces y así han dinamizado rapidamente el consumo. Por eso saldrán antes de la crisis que nosotros. Me pregunto si el problema de este país es el incremento de precio de la leche y de los huevos. ¿No será que el precio de los carburantes está a niveles astronómicos, no será que hay muchas empresas que ven afectados sus márgenes por el precio de la gasolina?
-¿Cómo se resolvería la crisis psicológica?
-Con una rebaja del 0,25 de lo tipos interés, un cuartillo, no se haría ningún daño a la inflación y eliminaría el plus de crisis psicológica que padecemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario