PRESIDENTE DE LA DPZ Y SECRETARIO GENERAL DEL PSOE DE ZARAGOZA Javier Lambán: "Condenaría a los ediles del PSOE a rezar ante la placa de Escrivá". Queremos descubrir fórmulas para que los sectores desfavorecidos no queden desprotegidos. 01/03/2009 A. IBÁÑEZ Javier Lambán, en su despacho de la Diputación Provincial de Zaragoza. Foto: CHUS MARCHADOR
* "Me resulta difícil imaginar otro candidato que no sea Iglesias"01/03/2009
--¿Qué medidas adopta la DPZ para ayudar a paliar la crisis?
--Queremos ayudar al máximo en la inversión, porque es el mejor instrumento contra la crisis y el desempleo. Queremos descubrir fórmulas para que los sectores desfavorecidos no queden desprotegidos. Vamos a recomendar a los ayuntamientos que creen con los agentes sociales, económicos e institucionales un observatorio de la crisis. Así tendrán capacidad de reacción y podrán anticipar situaciones conflictivas y atajarlas. La política municipal se debe basar ahora en cuatro pilares fundamentales: cooperar con todas las instituciones siendo conscientes de que la administración local tiene poco margen de maniobra.
--¿Cuáles son esos pilares?
--Vamos a esforzarnos en nuestra capacidad inversora, desarrollar políticas activas de desempleo, que las políticas sociales no queden mal dotadas y que los alcaldes empiecen a asumir la ejemplaridad que les corresponde en este nuevo orden mundial. Es evidente que el neoliberalismo y el esquema de valores basado en la riqueza a cualquier precio han fracasado. Los poderes públicos deben cambiar sus valores y basarlos en el humanismo, la ilustración y lo mejor de nuestra tradición. Recuperar la autocrítica y delimitar el gasto, sobre todo en aspectos lúdicos no culturales y que transmiten a la población una mala imagen.
--No parece que esos valores sean los que defiende la DGA con su apoyo a Gran Scala...
--Está claro que Gran Scala no coincide con el modelo de desarrollo que yo defiendo para el territorio. Eso no quita para que le desee suerte y éxito a Ontiñena. Ahora, me resultará difícil de aceptar que desde cualquier Administración se le preste a este proyecto una atención singular y se le exceptúe del cumplimiento de trámites legales vigentes que el resto debemos cumplir. Yo soy alcalde de un municipio que para convertir suelo municipal en suelo industrial debe pasar por una serie de trámites costosísimos y no entendería que para hacer casinos se eliminaran trámites que los demás debemos cumplir. O que la Administración hiciera inversiones a favor de ese proyecto que en otras zonas no hemos visto por ningún lado.
--¿Están perdiendo poder de decisión las diputaciones con la existencia de las comarcas?
--Las diputaciones son un elemento fundamental para garantizar la autonomía local. Solo hay que ver que cuando el Gobierno ha tenido que tomar medidas de forma ágil para frenar el desempleo no ha recurrido a las comunidades autónomas, sino a los ayuntamientos. Otra cosa es que hay algunas visiones muy propias de los partidos regionalistas que crean estructuras intermedias como las comarcas para anular las diputaciones provinciales. Las comarcas no producen perjuicios a los ciudadanos porque por suerte los consejeros comarcales son alcaldes y concejales e imprimen a las comarcas una dosis de sentido común de la que carece el proyecto en sí mismo tal y como ha sido diseñado. La mayor parte de los presidentes comarcales ve que deben coexistir comarcas y diputaciones y que ambas deben cooperar.
--El plan autonómico de administración electrónica lo ven ustedes como una injerencia. ¿Por qué?
--No tiene sentido que si la diputación provincial ha puesto en marcha un servicio de administración electrónica, pocas semanas después el Gobierno de Aragón obligue a las comarcas a instaurar el mismo servicio. Eso es duplicar gastos y defraudar a los ciudadanos. Esos recursos los tendría que destinar el Gobierno de Aragón a que las comarcas desarrollaran políticas propias. Estamos trabajando con las comarcas y vemos con mucho recelo la pretensión de la consejería de iniciar un segundo bloque de transferencias. También lo ven con recelo los consejos comarcales.
--¿Ese recelo es por los problemas de financiación?
--Las comarcas tienen gravísimos problemas de financiación para desarrollar con suficiencia el primer bloque de transferencias. Por eso, le diremos al Ejecutivo autonómico que coordine las comarcas con las diputaciones para no duplicar gastos antes de transferir más competencias. La DGA está demostrando con las comarcas que no quiere ayudar a los pueblos, sino anular las diputaciones provinciales.
--¿Así de claro?
--Hay campañas muy tristes, como las que está haciendo el consejero Rogelio Silva, al que tengo mucho afecto. Silva no puede ir por el territorio divulgando el Estatuto y empezar su charla presumiendo de que en el Estatuto no se contemplan las diputaciones provinciales. Es un análisis bastante triste y pobre. Silva olvida que las diputaciones no necesitan estatutos para sobrevivir y ser eficaces porque forman parte del Estado. Como grandes defensores del Estatuto, tendrían que evitar que se vea que al menos en esta parte, es un texto pobre y sectario. Les recomiendo que no resalten sus flaquezas y que lo enmienden.
--¿Qué puede avanzar de los actos para conmemorar los 175 años de la existencia de la provincia?
--Le daremos un contenido conmemorativo en la entrega de Medallas del día de Santa Isabel de Portugal, pero sobre todo queremos organizar un gran congreso sobre municipalismo en el mes de mayo. Desde el mundo local no se tiene una visión exclusivamente aragonesa de nuestro papel en el mundo. Tenemos una razón de ser española y un sentido de vinculación a una Constitución. La DPZ ha sido pionera en aportar elementos de reflexión y de análisis en lo que debe ser la autonomía local y la suficiencia financiera, que han sido muy útiles para la elaboración del Libro Blanco del ministerio. Iremos mal si se resuelve antes la financiación autonómica, que vacía de forma peligrosa las arcas del estado, que la financiación local. Queremos que con ese congreso se le haga saber a Rogelio Silva que el hecho de que en el Estatuto no aparezcan las diputaciones no es un problema de las diputaciones, sino del Estatuto.
--¿Se siente engañado por Narbona? ¿Cree que ahora se agilizarán las obras de Yesa?
--Narbona no engañó al Ayuntamiento de Ejea. Quería hacer Yesa porque el Gobierno al que pertenecía tenía ese compromiso. Con mayor o menor entusiasmo, lo habría hecho, aunque no apoye la regulación de los ríos. Con lo inteligente que es, está radicalmente equivocada. Me satisface que ya estemos en la fase del estudio de impacto ambiental, aunque llegue con mucho retraso. Debemos seguir presionando con todos los medios democráticos al Gobierno de España para que todo se produzca de la forma más veloz posible. No hay que olvidar que Yesa también dará agua a Zaragoza. Por eso me extraña que los zaragozanos no sean más beligerantes para defender el recrecimiento cuando su suministro depende de esa obra. Nos vamos a reunir pronto con Puxeu, el secretario de Estado. El equipo ministerial es muy partidario de la regulación de los ríos y trabaja activamente para agilizar los plazos. Es una ventaja para nosotros. Ya no me atrevo a transmitir buenas nuevas sobre Yesa y prefiero que sean ellos los que lo hagan de viva voz. De este equipo me fío más que del anterior, pero solo porque estos se creen más la regulación de ríos.
--Hablando del PSOE, ¿apuesta por que en Zaragoza se instaure el comité local, como pide Ferraz?
--Es una medida prevista por el partido sobre todo para encontrar soluciones en aquellas grandes ciudades en las que el PSOE lleva años sin gobernar. Zaragoza no tiene ese problema. Tanto Blanco como Pajín consideran que estas cosas hay que hacerlas con prudencia, de forma pactada y sin que el remedio sea peor que la enfermedad. Se ha demostrado que en Zaragoza se pueden ganar las elecciones sin comité municipal. Este comité se ha de constituir sin plazos cerrados y de forma concertada.
--Entonces, ¿aboga por esperar a que se den las condiciones propicias?
--Hay muchos trámites previos, entre ellos que todos los militantes pertenezcan a la agrupación que les corresponde por su distrito electoral, y eso puede acarrear dificultades. Las cosas deben transcurrir de forma ordenada y acordada para no destruir el grado aceptable de consenso que existe en este momento. Estamos trabajando en ese punto, no consideramos que sea una cuestión urgente, pero acabará habiendo comité municipal en Zaragoza. Con garantías de que esa decisión no ponga en riesgo la estabilidad y la cohesión internas. No veo ningún candidato que reúna ahora todas las condiciones y el consenso. No tendría sentido hacer algo que nos perjudicara en lugar de beneficiarnos.
--Cada vez parece más alejado ideológicamente de Belloch. Al menos para decidir los nombres del callejero. Ahora, cuando viaje hacia Ejea saldrá de Zaragoza por la calle San Josemaría Escrivá. Bonito, ¿no?
--Es responsabilidad de cada ayuntamiento que el callejero de su ciudad exprese el mapa de valores éticos y emocionales que ese ayuntamiento defiende. Por tanto, hay que mirar con lupa qué decisiones se toman. Estoy preocupado por la deriva que en los últimos años ha tomado la izquierda. Contaminada por el neoliberalismo y sus valores, ha tendido a aceptar tesis como la del fin de la historia o aquella del ministro franquista de La Mora y su Crepúsculo de las ideologías. En esa obra decía que no tiene sentido diferenciar las ideologías y apartarse de un pensamiento único. Cuando desde la izquierda nos hemos acercado a eso hemos claudicado en la defensa de nuestros valores. No dudo de la buena voluntad de Belloch a la hora de dedicarle una calle a Escrivá, pero es una decisión totalmente desacertada, inapropiada y triste desde los valores del partido y de la democracia. Lo que representa Escrivá como personaje histórico, socio y cómplice del peor franquismo, fundador de una secta que no tiene otro objetivo que ganar cotas de poder en la sociedad, traicionando los propios valores del cristianismo. No creo que merezca una calle en la capital de Aragón. Ahora, si él decide que la tenga, él sabrá los valores que quiere transmitir de esta ciudad y no tendré más remedio que aceptarlo, pero no lo comparto.
--Está bien responsabilizar a Belloch, pero hay otros once ediles socialistas que han apoyado esa decisión. Solo Lola Campos se ausentó ¿No habría sido oportuno romper la disciplina de voto? Se ha echado de menos esa valentía. ¿Sabe lo contentos que están muchos votantes socialistas?
--Si un concejal de mi equipo rompiera la disciplina de voto en un asunto ordinario, le instruiría un expediente de manera inmediata. A un edil que la rompiera en un caso como este no se lo abriría porque entendería que tendría razones de pura conciencia. De hecho, a la hora de buscar explicaciones a la decisión de Belloch no puedo encontrar razones de oportunidad política, porque no vamos a ganar muchos votos de la derecha y nos va a costar muchos esfuerzos mantener algunos de la izquierda. Creo que lo hace por una cuestión de conciencia y entonces sería razonable que otros pudieran actuar de la misma forma. Pero son procesos complicados. Yo sé lo que piensa la mayoría de los concejales, pero sé también qué tipo de presiones tienen. Cariñosamente, les condenaría a todos a ponerse debajo de la placa de la calle al menos una vez a la semana y rezar cuatro o cinco padrenuestros y siete avemarías.
--¿Cómo va el proceso de sucesión de Iglesias como candidato en el 2011? Usted dijo que era el momento de escuchar al PSOE de Zaragoza. Pero hay destacados socialistas que creen que es mejor que continúe. ¿Usted también se lo pediría?
--A Iglesias le tengo un gran respeto y le profeso amistad. Tiene derecho a plantear que no repetirá, pero creo que las circunstancias sociales y económicas de los próximos meses van a hacer muy difícil que pueda cumplir esos deseos, que por lo demás es justo que tenga y se tienen que respetar. Si decide irse definitivamente lo aceptaré y si reconsidera su postura, además de aceptarlo, lo celebraré.
--Y usted, a pesar de su ferviente defensa del municipalismo, ¿no sería un buen sustituto?
--No me lo he planteado jamás. Me resulta difícil imaginar otro candidato que Iglesias.
* "Me resulta difícil imaginar otro candidato que no sea Iglesias"01/03/2009
--¿Qué medidas adopta la DPZ para ayudar a paliar la crisis?
--Queremos ayudar al máximo en la inversión, porque es el mejor instrumento contra la crisis y el desempleo. Queremos descubrir fórmulas para que los sectores desfavorecidos no queden desprotegidos. Vamos a recomendar a los ayuntamientos que creen con los agentes sociales, económicos e institucionales un observatorio de la crisis. Así tendrán capacidad de reacción y podrán anticipar situaciones conflictivas y atajarlas. La política municipal se debe basar ahora en cuatro pilares fundamentales: cooperar con todas las instituciones siendo conscientes de que la administración local tiene poco margen de maniobra.
--¿Cuáles son esos pilares?
--Vamos a esforzarnos en nuestra capacidad inversora, desarrollar políticas activas de desempleo, que las políticas sociales no queden mal dotadas y que los alcaldes empiecen a asumir la ejemplaridad que les corresponde en este nuevo orden mundial. Es evidente que el neoliberalismo y el esquema de valores basado en la riqueza a cualquier precio han fracasado. Los poderes públicos deben cambiar sus valores y basarlos en el humanismo, la ilustración y lo mejor de nuestra tradición. Recuperar la autocrítica y delimitar el gasto, sobre todo en aspectos lúdicos no culturales y que transmiten a la población una mala imagen.
--No parece que esos valores sean los que defiende la DGA con su apoyo a Gran Scala...
--Está claro que Gran Scala no coincide con el modelo de desarrollo que yo defiendo para el territorio. Eso no quita para que le desee suerte y éxito a Ontiñena. Ahora, me resultará difícil de aceptar que desde cualquier Administración se le preste a este proyecto una atención singular y se le exceptúe del cumplimiento de trámites legales vigentes que el resto debemos cumplir. Yo soy alcalde de un municipio que para convertir suelo municipal en suelo industrial debe pasar por una serie de trámites costosísimos y no entendería que para hacer casinos se eliminaran trámites que los demás debemos cumplir. O que la Administración hiciera inversiones a favor de ese proyecto que en otras zonas no hemos visto por ningún lado.
--¿Están perdiendo poder de decisión las diputaciones con la existencia de las comarcas?
--Las diputaciones son un elemento fundamental para garantizar la autonomía local. Solo hay que ver que cuando el Gobierno ha tenido que tomar medidas de forma ágil para frenar el desempleo no ha recurrido a las comunidades autónomas, sino a los ayuntamientos. Otra cosa es que hay algunas visiones muy propias de los partidos regionalistas que crean estructuras intermedias como las comarcas para anular las diputaciones provinciales. Las comarcas no producen perjuicios a los ciudadanos porque por suerte los consejeros comarcales son alcaldes y concejales e imprimen a las comarcas una dosis de sentido común de la que carece el proyecto en sí mismo tal y como ha sido diseñado. La mayor parte de los presidentes comarcales ve que deben coexistir comarcas y diputaciones y que ambas deben cooperar.
--El plan autonómico de administración electrónica lo ven ustedes como una injerencia. ¿Por qué?
--No tiene sentido que si la diputación provincial ha puesto en marcha un servicio de administración electrónica, pocas semanas después el Gobierno de Aragón obligue a las comarcas a instaurar el mismo servicio. Eso es duplicar gastos y defraudar a los ciudadanos. Esos recursos los tendría que destinar el Gobierno de Aragón a que las comarcas desarrollaran políticas propias. Estamos trabajando con las comarcas y vemos con mucho recelo la pretensión de la consejería de iniciar un segundo bloque de transferencias. También lo ven con recelo los consejos comarcales.
--¿Ese recelo es por los problemas de financiación?
--Las comarcas tienen gravísimos problemas de financiación para desarrollar con suficiencia el primer bloque de transferencias. Por eso, le diremos al Ejecutivo autonómico que coordine las comarcas con las diputaciones para no duplicar gastos antes de transferir más competencias. La DGA está demostrando con las comarcas que no quiere ayudar a los pueblos, sino anular las diputaciones provinciales.
--¿Así de claro?
--Hay campañas muy tristes, como las que está haciendo el consejero Rogelio Silva, al que tengo mucho afecto. Silva no puede ir por el territorio divulgando el Estatuto y empezar su charla presumiendo de que en el Estatuto no se contemplan las diputaciones provinciales. Es un análisis bastante triste y pobre. Silva olvida que las diputaciones no necesitan estatutos para sobrevivir y ser eficaces porque forman parte del Estado. Como grandes defensores del Estatuto, tendrían que evitar que se vea que al menos en esta parte, es un texto pobre y sectario. Les recomiendo que no resalten sus flaquezas y que lo enmienden.
--¿Qué puede avanzar de los actos para conmemorar los 175 años de la existencia de la provincia?
--Le daremos un contenido conmemorativo en la entrega de Medallas del día de Santa Isabel de Portugal, pero sobre todo queremos organizar un gran congreso sobre municipalismo en el mes de mayo. Desde el mundo local no se tiene una visión exclusivamente aragonesa de nuestro papel en el mundo. Tenemos una razón de ser española y un sentido de vinculación a una Constitución. La DPZ ha sido pionera en aportar elementos de reflexión y de análisis en lo que debe ser la autonomía local y la suficiencia financiera, que han sido muy útiles para la elaboración del Libro Blanco del ministerio. Iremos mal si se resuelve antes la financiación autonómica, que vacía de forma peligrosa las arcas del estado, que la financiación local. Queremos que con ese congreso se le haga saber a Rogelio Silva que el hecho de que en el Estatuto no aparezcan las diputaciones no es un problema de las diputaciones, sino del Estatuto.
--¿Se siente engañado por Narbona? ¿Cree que ahora se agilizarán las obras de Yesa?
--Narbona no engañó al Ayuntamiento de Ejea. Quería hacer Yesa porque el Gobierno al que pertenecía tenía ese compromiso. Con mayor o menor entusiasmo, lo habría hecho, aunque no apoye la regulación de los ríos. Con lo inteligente que es, está radicalmente equivocada. Me satisface que ya estemos en la fase del estudio de impacto ambiental, aunque llegue con mucho retraso. Debemos seguir presionando con todos los medios democráticos al Gobierno de España para que todo se produzca de la forma más veloz posible. No hay que olvidar que Yesa también dará agua a Zaragoza. Por eso me extraña que los zaragozanos no sean más beligerantes para defender el recrecimiento cuando su suministro depende de esa obra. Nos vamos a reunir pronto con Puxeu, el secretario de Estado. El equipo ministerial es muy partidario de la regulación de los ríos y trabaja activamente para agilizar los plazos. Es una ventaja para nosotros. Ya no me atrevo a transmitir buenas nuevas sobre Yesa y prefiero que sean ellos los que lo hagan de viva voz. De este equipo me fío más que del anterior, pero solo porque estos se creen más la regulación de ríos.
--Hablando del PSOE, ¿apuesta por que en Zaragoza se instaure el comité local, como pide Ferraz?
--Es una medida prevista por el partido sobre todo para encontrar soluciones en aquellas grandes ciudades en las que el PSOE lleva años sin gobernar. Zaragoza no tiene ese problema. Tanto Blanco como Pajín consideran que estas cosas hay que hacerlas con prudencia, de forma pactada y sin que el remedio sea peor que la enfermedad. Se ha demostrado que en Zaragoza se pueden ganar las elecciones sin comité municipal. Este comité se ha de constituir sin plazos cerrados y de forma concertada.
--Entonces, ¿aboga por esperar a que se den las condiciones propicias?
--Hay muchos trámites previos, entre ellos que todos los militantes pertenezcan a la agrupación que les corresponde por su distrito electoral, y eso puede acarrear dificultades. Las cosas deben transcurrir de forma ordenada y acordada para no destruir el grado aceptable de consenso que existe en este momento. Estamos trabajando en ese punto, no consideramos que sea una cuestión urgente, pero acabará habiendo comité municipal en Zaragoza. Con garantías de que esa decisión no ponga en riesgo la estabilidad y la cohesión internas. No veo ningún candidato que reúna ahora todas las condiciones y el consenso. No tendría sentido hacer algo que nos perjudicara en lugar de beneficiarnos.
--Cada vez parece más alejado ideológicamente de Belloch. Al menos para decidir los nombres del callejero. Ahora, cuando viaje hacia Ejea saldrá de Zaragoza por la calle San Josemaría Escrivá. Bonito, ¿no?
--Es responsabilidad de cada ayuntamiento que el callejero de su ciudad exprese el mapa de valores éticos y emocionales que ese ayuntamiento defiende. Por tanto, hay que mirar con lupa qué decisiones se toman. Estoy preocupado por la deriva que en los últimos años ha tomado la izquierda. Contaminada por el neoliberalismo y sus valores, ha tendido a aceptar tesis como la del fin de la historia o aquella del ministro franquista de La Mora y su Crepúsculo de las ideologías. En esa obra decía que no tiene sentido diferenciar las ideologías y apartarse de un pensamiento único. Cuando desde la izquierda nos hemos acercado a eso hemos claudicado en la defensa de nuestros valores. No dudo de la buena voluntad de Belloch a la hora de dedicarle una calle a Escrivá, pero es una decisión totalmente desacertada, inapropiada y triste desde los valores del partido y de la democracia. Lo que representa Escrivá como personaje histórico, socio y cómplice del peor franquismo, fundador de una secta que no tiene otro objetivo que ganar cotas de poder en la sociedad, traicionando los propios valores del cristianismo. No creo que merezca una calle en la capital de Aragón. Ahora, si él decide que la tenga, él sabrá los valores que quiere transmitir de esta ciudad y no tendré más remedio que aceptarlo, pero no lo comparto.
--Está bien responsabilizar a Belloch, pero hay otros once ediles socialistas que han apoyado esa decisión. Solo Lola Campos se ausentó ¿No habría sido oportuno romper la disciplina de voto? Se ha echado de menos esa valentía. ¿Sabe lo contentos que están muchos votantes socialistas?
--Si un concejal de mi equipo rompiera la disciplina de voto en un asunto ordinario, le instruiría un expediente de manera inmediata. A un edil que la rompiera en un caso como este no se lo abriría porque entendería que tendría razones de pura conciencia. De hecho, a la hora de buscar explicaciones a la decisión de Belloch no puedo encontrar razones de oportunidad política, porque no vamos a ganar muchos votos de la derecha y nos va a costar muchos esfuerzos mantener algunos de la izquierda. Creo que lo hace por una cuestión de conciencia y entonces sería razonable que otros pudieran actuar de la misma forma. Pero son procesos complicados. Yo sé lo que piensa la mayoría de los concejales, pero sé también qué tipo de presiones tienen. Cariñosamente, les condenaría a todos a ponerse debajo de la placa de la calle al menos una vez a la semana y rezar cuatro o cinco padrenuestros y siete avemarías.
--¿Cómo va el proceso de sucesión de Iglesias como candidato en el 2011? Usted dijo que era el momento de escuchar al PSOE de Zaragoza. Pero hay destacados socialistas que creen que es mejor que continúe. ¿Usted también se lo pediría?
--A Iglesias le tengo un gran respeto y le profeso amistad. Tiene derecho a plantear que no repetirá, pero creo que las circunstancias sociales y económicas de los próximos meses van a hacer muy difícil que pueda cumplir esos deseos, que por lo demás es justo que tenga y se tienen que respetar. Si decide irse definitivamente lo aceptaré y si reconsidera su postura, además de aceptarlo, lo celebraré.
--Y usted, a pesar de su ferviente defensa del municipalismo, ¿no sería un buen sustituto?
--No me lo he planteado jamás. Me resulta difícil imaginar otro candidato que Iglesias.
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