Los chicos que dañaron el Condes de Aragón harán 125 horas de servicio a la comunidad La juez de Menores les ha impuesto esta medida por los destrozos que causaron en el colegio el pasado octubre.
MARTA GARÚ. Zaragoza | La titular del Juzgado de Menores número 1 de Zaragoza ha impuesto una medida de 125 horas de servicio en beneficio de la comunidad a cuatro de los siete alumnos del colegio Condes de Aragón que en octubre pasado causaron graves daños materiales en el centro escolar con la intención de que no pudiera abrir sus puertas y prolongar así las vacaciones por las fiestas del Pilar.
En el caso de que incumplieran esta medida, que fue acordada de conformidad con los menores, sus abogados y el fiscal, los chicos deberán permanecer seis fines de semana en el centro de reforma.
Los otros tres chicos que también participaron en los actos vandálicos tenían 13 años entonces y, al ser inimputables penalmente, se hizo cargo de su caso el Instituto Aragonés de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón.
La juez pretende que las 125 horas en servicio de la comunidad -que suponen prácticamente un trimestre, puesto que las tienen que cumplir en su tiempo libre- les sirva para fomentar el hábito del respeto por lo ajeno y a cuidar y tratar bien los enseres y las instalaciones que prestan servicios colectivos.
En su sentencia, dictada esta semana, la magistrada considera probado que, el 4 de octubre de 2006, los siete menores decidieron quedar el siguiente sábado, 8 de octubre, para entrar juntos en su colegio, el Condes de Aragón, con la intención de destrozar cosas y hacer gamberradas y pintadas para evitar tener clase durante unos días, a consecuencia de los daños causados. De esa forma, acordaron acudir provistos de los instrumentos precisos, como un bate de béisbol, martillos y botes de espráis.
Preparación previa
Para entrar en el colegio, los chicos se reunieron sobre las 16.00 en la puerta trasera del mismo, por la que saltaron y después accedieron al interior por una ventana que uno de ellos había estado desmontando días antes para solo tener que empujarla y que se abriera.
Según el relato de hechos probados de la sentencia, una vez dentro del centro, los siete menores -conjuntamente y en dinámica de grupo- empezaron a destrozar y hacer pintadas en el material e instalaciones que iban encontrándose a su paso.
Uno de ellos rompió ventanas con un bate de béisbol que se había traído de casa, otros dos fracturaron los cristales con los martillos que llevaban y un cuarto, que iba provisto de un hierro en forma de gancho, lo usó para abrir las puertas y tirar luego entre todos los papeles y efectos que había.
Luego se dirigieron a la planta baja, donde están las aulas de Secundaria y una de Infantil, y continuaron causando destrozos. Después, bajaron al sótano y allí rompieron la puerta del cuarto de mantenimiento, de la sala de los profesores y de la de multimedia, donde tiraron todos los ordenadores. A continuación volvieron a surgir a la planta calle y arrojaron al suelo la máquina de café y la puerta de la secretaría y originaron daños en la entrada.
Por último, entraron en el cuarto de la fotocopiadora, echaron alcohol sobre la máquina y le prendieron fuego. Además, uno de ellos, al acceder a la sala de administración, cogió 160 euros que allí había y se los repartieron entre todos, según reza la sentencia.
Reconocieron los hechos
Los menores reconocieron todos estos hechos, que constituyen un delito de allanamiento de domicilio de persona o sede social pública, en concurso con un delito de daños y una falta de hurto.
La magistrada estima que la medida más adecuada para corregir la conducta de los chicos, de acuerdo con las infracciones cometidas, es que cumplan 125 horas de prestación de servicios en beneficio de la comunidad.
En el caso de que no las llevaran a cabo, les impone seis meses de internamiento en el Centro de Reforma. También pide que se informe al Juzgado sobre la evolución y cumplimiento del menor o sobre cualquier incidencia que se produzca durante la ejecución.
Con esta sentencia se cierra la vía penal abierta contra estos cuatro chicos de 14 año. No obstante, todavía queda abierta la civil, en la que se discute la cuantía de los daños ocasionados en el centro educativo, que en su día valoró en 60.000 euros, y que a los abogados les parece desproporcionada. Por eso, ha habido que recurrir a peritos para determinar la cantidad económica. Hasta mediados de octubre no habrá nuevas comparecencias sobre este asunto.
MARTA GARÚ. Zaragoza | La titular del Juzgado de Menores número 1 de Zaragoza ha impuesto una medida de 125 horas de servicio en beneficio de la comunidad a cuatro de los siete alumnos del colegio Condes de Aragón que en octubre pasado causaron graves daños materiales en el centro escolar con la intención de que no pudiera abrir sus puertas y prolongar así las vacaciones por las fiestas del Pilar.
En el caso de que incumplieran esta medida, que fue acordada de conformidad con los menores, sus abogados y el fiscal, los chicos deberán permanecer seis fines de semana en el centro de reforma.
Los otros tres chicos que también participaron en los actos vandálicos tenían 13 años entonces y, al ser inimputables penalmente, se hizo cargo de su caso el Instituto Aragonés de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón.
La juez pretende que las 125 horas en servicio de la comunidad -que suponen prácticamente un trimestre, puesto que las tienen que cumplir en su tiempo libre- les sirva para fomentar el hábito del respeto por lo ajeno y a cuidar y tratar bien los enseres y las instalaciones que prestan servicios colectivos.
En su sentencia, dictada esta semana, la magistrada considera probado que, el 4 de octubre de 2006, los siete menores decidieron quedar el siguiente sábado, 8 de octubre, para entrar juntos en su colegio, el Condes de Aragón, con la intención de destrozar cosas y hacer gamberradas y pintadas para evitar tener clase durante unos días, a consecuencia de los daños causados. De esa forma, acordaron acudir provistos de los instrumentos precisos, como un bate de béisbol, martillos y botes de espráis.
Preparación previa
Para entrar en el colegio, los chicos se reunieron sobre las 16.00 en la puerta trasera del mismo, por la que saltaron y después accedieron al interior por una ventana que uno de ellos había estado desmontando días antes para solo tener que empujarla y que se abriera.
Según el relato de hechos probados de la sentencia, una vez dentro del centro, los siete menores -conjuntamente y en dinámica de grupo- empezaron a destrozar y hacer pintadas en el material e instalaciones que iban encontrándose a su paso.
Uno de ellos rompió ventanas con un bate de béisbol que se había traído de casa, otros dos fracturaron los cristales con los martillos que llevaban y un cuarto, que iba provisto de un hierro en forma de gancho, lo usó para abrir las puertas y tirar luego entre todos los papeles y efectos que había.
Luego se dirigieron a la planta baja, donde están las aulas de Secundaria y una de Infantil, y continuaron causando destrozos. Después, bajaron al sótano y allí rompieron la puerta del cuarto de mantenimiento, de la sala de los profesores y de la de multimedia, donde tiraron todos los ordenadores. A continuación volvieron a surgir a la planta calle y arrojaron al suelo la máquina de café y la puerta de la secretaría y originaron daños en la entrada.
Por último, entraron en el cuarto de la fotocopiadora, echaron alcohol sobre la máquina y le prendieron fuego. Además, uno de ellos, al acceder a la sala de administración, cogió 160 euros que allí había y se los repartieron entre todos, según reza la sentencia.
Reconocieron los hechos
Los menores reconocieron todos estos hechos, que constituyen un delito de allanamiento de domicilio de persona o sede social pública, en concurso con un delito de daños y una falta de hurto.
La magistrada estima que la medida más adecuada para corregir la conducta de los chicos, de acuerdo con las infracciones cometidas, es que cumplan 125 horas de prestación de servicios en beneficio de la comunidad.
En el caso de que no las llevaran a cabo, les impone seis meses de internamiento en el Centro de Reforma. También pide que se informe al Juzgado sobre la evolución y cumplimiento del menor o sobre cualquier incidencia que se produzca durante la ejecución.
Con esta sentencia se cierra la vía penal abierta contra estos cuatro chicos de 14 año. No obstante, todavía queda abierta la civil, en la que se discute la cuantía de los daños ocasionados en el centro educativo, que en su día valoró en 60.000 euros, y que a los abogados les parece desproporcionada. Por eso, ha habido que recurrir a peritos para determinar la cantidad económica. Hasta mediados de octubre no habrá nuevas comparecencias sobre este asunto.
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