"Dios bendice lo que el Papa maldice"
Un programa de TV con vídeos y confesiones de sacerdotes homosexuales escandaliza a Italia.
03/10/2007 ROSSEND DOMÈNECH Posiblemente pasará a los anales de la televisión italiana como el programa más atrevido de toda su historia. Lo emitió el lunes por la noche La 7, un canal extraño al monopolio de la pública RAI y la privada Mediaset de Silvio Berlusconi, y el tema elegido no fue otro que los curas gais que ligan por internet. En un país condenado a entenderse con el Vaticano y donde ni siquiera están reguladas las parejas de hecho --ni heterosexuales ni homosexuales--, más de uno se rasgó... las sotanas.
El plato fuerte fueron tres vídeos grabados con cámara oculta por un joven avezado en buscar relaciones homosexuales en la red. El cuarto recogía una entrevista con un sacerdote maduro --don Felice-- que desde años vive una relación con el organista que tocó el día de su ordenación. "Fue el mejor día de mi vida porque mis dos amores estaban juntos", declaró.
Besos y mimos
En el estudio se encontraban Franco Barbero, un cura anciano pero de mentalidad abierta, y Tonino Cantelmi, diácono y presidente de los psicólogos católicos. También Marco Politi, vaticanista de La Repubblica, y Luigi Amicone, director de Tempi, un semanal laico. La butaca reservada a la jerarquía católica quedó vacía. Ningún representante quiso enfrentarse a las polémicas cintas.
"Quisiera conocerte, para besos y mimos", le escribe un eclesiástico al joven que, bajo un nick, se le ofrece en uno de los vídeos. Ya cara a cara, y vestido como cura a petición de su acompañante, rememora su vida --18 años de sacerdocio, un año de relación con un chico siciliano...-- y asegura que "algunos sacerdotes rechazan la confesión" de su pecado.
"Quien se mete a cura no es alguien que no sabe lo que hace", declaró Amicone en el debate. Para Cantelmi "la cuestión no es si uno es homosexual, sino si se está en condiciones de vivir una vida más alta", y subrayó la necesidad de que la "Iglesia descubra a tiempo la situación de los aspirantes".
En el plató, las preguntas se amontonaron. ¿Por qué no devuelven la sotana? "Si todos los curas que van con hombres o mujeres tuvieran que ser evidenciados, las parroquias estarían vacías", aseguró Politi. Las ideas fluían sin cesar: "No hay que demonizar el sexo. El mensaje evangélico es de amor", aseguró don Felice. Y con una frase Barbero le dio la razón: "Dios bendice lo que el Papa maldice".
Un programa de TV con vídeos y confesiones de sacerdotes homosexuales escandaliza a Italia.
03/10/2007 ROSSEND DOMÈNECH Posiblemente pasará a los anales de la televisión italiana como el programa más atrevido de toda su historia. Lo emitió el lunes por la noche La 7, un canal extraño al monopolio de la pública RAI y la privada Mediaset de Silvio Berlusconi, y el tema elegido no fue otro que los curas gais que ligan por internet. En un país condenado a entenderse con el Vaticano y donde ni siquiera están reguladas las parejas de hecho --ni heterosexuales ni homosexuales--, más de uno se rasgó... las sotanas.
El plato fuerte fueron tres vídeos grabados con cámara oculta por un joven avezado en buscar relaciones homosexuales en la red. El cuarto recogía una entrevista con un sacerdote maduro --don Felice-- que desde años vive una relación con el organista que tocó el día de su ordenación. "Fue el mejor día de mi vida porque mis dos amores estaban juntos", declaró.
Besos y mimos
En el estudio se encontraban Franco Barbero, un cura anciano pero de mentalidad abierta, y Tonino Cantelmi, diácono y presidente de los psicólogos católicos. También Marco Politi, vaticanista de La Repubblica, y Luigi Amicone, director de Tempi, un semanal laico. La butaca reservada a la jerarquía católica quedó vacía. Ningún representante quiso enfrentarse a las polémicas cintas.
"Quisiera conocerte, para besos y mimos", le escribe un eclesiástico al joven que, bajo un nick, se le ofrece en uno de los vídeos. Ya cara a cara, y vestido como cura a petición de su acompañante, rememora su vida --18 años de sacerdocio, un año de relación con un chico siciliano...-- y asegura que "algunos sacerdotes rechazan la confesión" de su pecado.
"Quien se mete a cura no es alguien que no sabe lo que hace", declaró Amicone en el debate. Para Cantelmi "la cuestión no es si uno es homosexual, sino si se está en condiciones de vivir una vida más alta", y subrayó la necesidad de que la "Iglesia descubra a tiempo la situación de los aspirantes".
En el plató, las preguntas se amontonaron. ¿Por qué no devuelven la sotana? "Si todos los curas que van con hombres o mujeres tuvieran que ser evidenciados, las parroquias estarían vacías", aseguró Politi. Las ideas fluían sin cesar: "No hay que demonizar el sexo. El mensaje evangélico es de amor", aseguró don Felice. Y con una frase Barbero le dio la razón: "Dios bendice lo que el Papa maldice".
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