POLÉMICA POR EL USO DE LOS SÍMBOLOS RELIGIOSOS.El Vaticano critica que reine Halloween y se vete el crucifijo. La sentencia de Estrasbrugo provoca las quejas del cardenal Bertone.En España, PSOE y PP se muestran prudentes y abogan por buscar acuerdos. 05/11/2009 ROSSEND DOMÈNECH ROMA Foto:EFE / FRANCO SILVI Una alumna de un colegio de la ciudad italiana de Pisa escribe en la pizarra junto a un crucifijo.
La sentencia del Tribunal Europeo para los derechos humanos de Estrasburgo que impone a Italia retirar los crucifijos de las escuelas, y que el Gobierno italiano ya ha anunciado que impugnará, ha desatado una oleada en defensa de la tradición.
Si el martes hubo obispos que calificaron la sentencia de "ideológica y miope", ayer, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Tarsicio Bertone, señaló que "desgraciadamente la Europa de este tercer milenio nos deja las calabazas de Halloween y nos quita los símbolos más queridos". El tribunal concluyó que la presencia de los crucifijos en las aulas de los centros públicos era "una violación" del derecho de los padres a elegir las creencias con las que educar a sus hijos.
PREGUNTA ENFÁTICA El cardenal se preguntó enfáticamente si ahora "habrá que quitar todas las cruces de las carreteras y las obras de arte con el crucifijo". "Es una pérdida", dijo refiriéndose a la sentencia. Para el purpurado, "el crucifijo es un símbolo del amor universal y de acogida, no de exclusión". Bertone añadió que la Santa Sede "aprecia" la decisión del Gobierno italiano de recurrir la decisión judicial, contra la que espera que se sumen otros gobiernos.
Soile Lautsi, la mujer finlandesa con nacionalidad italiana que se había dirigido al tribunal europeo para que en la escuela de sus hijos retirasen los crucifijos, ha comenzado a recibir mensajes ofensivos, del tipo "vuélvete con tus renos", y su marido concede entrevistas sin imágenes porque en la escuela sus hijos han tenido que defenderse de sus compañeros, que les han insultado al grito de "¡ateos de mierda!".
En España, las dos grandes fuerzas políticas se mostraron conciliadoras. La portavoz de Educación del PSOE en el Congreso, Cándida Martínez, subrayó que el debate sobre la presencia de los crucifijos en las aulas de los centros públicos educativos "se ha ido resolviendo desde la convivencia y el respeto a las convicciones religiosas y opciones personales de cada uno". En este sentido, Martínez recordó que "la gran mayoría de los centros públicos españoles no tiene esos símbolos". Además, puntualizó que "si hay algún problema y alguien considera que su opción religiosa no se respeta, es lógico que desde la convivencia se quite ese símbolo".
REACCIONES POLÍTICAS Juan Antonio Gómez Trinidad, el portavoz educativo del PP en el Congreso, pidió que, a raíz de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, "no se resucite la guerra de los crucifijos". Y añadió: "No nos parece mal que en un centro público, cuando no molesta a nadie, haya un crucifijo, como tampoco nos parece mal que esa comunidad educativa decida que no esté el crucifijo".
Por otra parte, Gómez Trinidad recalcó que siempre debe primar "la tolerancia y el respeto a los símbolos y manifestaciones religiosas". Asimismo, señaló que su formación condenaba "cualquier imposición obligatoria como cualquier prohibición. El ámbito de decisión debe ser la propia comunidad educativa", indicó el portavoz educativo del PP.
La reacción del secretario general de ERC, Joan Ridao, fue diferente. Ridao anunció que presentaría una proposición no de ley para que el Gobierno exija a las comunidades autónomas que "garanticen la plena laicidad y la neutralidad religiosa".
El dirigente republicano, para el que la sentencia es "muy positiva", espera que "cunda el ejemplo" y el Gobierno socialista "tome buena nota".
La sentencia del Tribunal Europeo para los derechos humanos de Estrasburgo que impone a Italia retirar los crucifijos de las escuelas, y que el Gobierno italiano ya ha anunciado que impugnará, ha desatado una oleada en defensa de la tradición.
Si el martes hubo obispos que calificaron la sentencia de "ideológica y miope", ayer, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Tarsicio Bertone, señaló que "desgraciadamente la Europa de este tercer milenio nos deja las calabazas de Halloween y nos quita los símbolos más queridos". El tribunal concluyó que la presencia de los crucifijos en las aulas de los centros públicos era "una violación" del derecho de los padres a elegir las creencias con las que educar a sus hijos.
PREGUNTA ENFÁTICA El cardenal se preguntó enfáticamente si ahora "habrá que quitar todas las cruces de las carreteras y las obras de arte con el crucifijo". "Es una pérdida", dijo refiriéndose a la sentencia. Para el purpurado, "el crucifijo es un símbolo del amor universal y de acogida, no de exclusión". Bertone añadió que la Santa Sede "aprecia" la decisión del Gobierno italiano de recurrir la decisión judicial, contra la que espera que se sumen otros gobiernos.
Soile Lautsi, la mujer finlandesa con nacionalidad italiana que se había dirigido al tribunal europeo para que en la escuela de sus hijos retirasen los crucifijos, ha comenzado a recibir mensajes ofensivos, del tipo "vuélvete con tus renos", y su marido concede entrevistas sin imágenes porque en la escuela sus hijos han tenido que defenderse de sus compañeros, que les han insultado al grito de "¡ateos de mierda!".
En España, las dos grandes fuerzas políticas se mostraron conciliadoras. La portavoz de Educación del PSOE en el Congreso, Cándida Martínez, subrayó que el debate sobre la presencia de los crucifijos en las aulas de los centros públicos educativos "se ha ido resolviendo desde la convivencia y el respeto a las convicciones religiosas y opciones personales de cada uno". En este sentido, Martínez recordó que "la gran mayoría de los centros públicos españoles no tiene esos símbolos". Además, puntualizó que "si hay algún problema y alguien considera que su opción religiosa no se respeta, es lógico que desde la convivencia se quite ese símbolo".
REACCIONES POLÍTICAS Juan Antonio Gómez Trinidad, el portavoz educativo del PP en el Congreso, pidió que, a raíz de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, "no se resucite la guerra de los crucifijos". Y añadió: "No nos parece mal que en un centro público, cuando no molesta a nadie, haya un crucifijo, como tampoco nos parece mal que esa comunidad educativa decida que no esté el crucifijo".
Por otra parte, Gómez Trinidad recalcó que siempre debe primar "la tolerancia y el respeto a los símbolos y manifestaciones religiosas". Asimismo, señaló que su formación condenaba "cualquier imposición obligatoria como cualquier prohibición. El ámbito de decisión debe ser la propia comunidad educativa", indicó el portavoz educativo del PP.
La reacción del secretario general de ERC, Joan Ridao, fue diferente. Ridao anunció que presentaría una proposición no de ley para que el Gobierno exija a las comunidades autónomas que "garanticen la plena laicidad y la neutralidad religiosa".
El dirigente republicano, para el que la sentencia es "muy positiva", espera que "cunda el ejemplo" y el Gobierno socialista "tome buena nota".
1 comentario:
Tergiversar y manipular, ésa es la cuestión. Aunque ni la Sentencia ni criatura alguna ha mencionado retirar cruces de las vías públicas o plazas, ni de otro lugar alguno que no sean estrictamente las aulas y en los colegios públicos.
Los colegios concertados, ese inexplicable "hecho diferencial" propio de esta tierra de La Virgen Santísima, podrán seguir luciendo sus estampitas y estatuillas gore libremente.
La cuestión es no ceder ni un ápice de terreno, con o sin razón.
Saludos cordiales.
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