NUEVO NEGOCIO. Retromanía y 'Gran hermano' ponen en marcha los bares ecológicos y solidarios R. C. L. Zaragoza 25/01/2010 La empresa aragonesa promueve esta franquicia, que abrirá los primeros locales tras el verano
"Para este bar, absolutamente todo se recicla: hay taburetes con pelotas de tenis, decoración con peceras cuyos peces son botellas de plástico pintadas a mano, sillas hechas con partes de contenedores usados, la madera es reciclada... y la iluminación está hecha enteramente con leds y bombillas de bajo consumo". Ángel Ruiz, de la empresa zaragozana Retromanía, presenta orgulloso el novedoso proyecto que han comenzado a poner en marcha junto a la productora Zeppelin, que le prestará el nombre de 'Gran hermano' a una serie de bares ecológicos y solidarios.
De esto último es de lo que más contento está Ruiz: "Son ecológicos, pero sobre todo son solidarios", remarca, porque del precio de cada consumición, una parte irá destinada a financiar proyectos de oenegés, sin coste adicional para el cliente. El propio público -aquí radica la principal novedad de la idea, y la que mejor respuesta tiene en los estudios realizados- podrá decidir allí mismo a qué entidad prefiere asignarlo.
El mecanismo es simple: "En la barra habrá unos pulsadores y con ellos se podrá elegir a qué proyecto va el dinero", dentro de un amplio surtido de organizaciones seleccionadas, que podrán variar de unas ciudades a otras, para así poder incluir proyectos locales. "Además, cuando pulsas aparece en una pantalla de plasma, en tiempo real, el recibo de la transferencia y el beneficio que produce esa donación: por ejemplo, si ha servido para que se vacune a un niño", explica Ruiz.
El zaragozano subraya que todo será "transparente" y el funcionamiento correcto estará garantizado por un contrato con los propietarios de los bares. De momento, son más de 90 las personas de toda España (cuatro de Aragón) que se han interesado por abrir un bar ecológico y solidario, "la mayoría, mujeres", dice Ángel Ruiz. Y cuenta que está previsto que los primeros empiecen a funcionar tras el verano.
Idea zaragozana
"Esto es algo que no existía aún en ningún lugar del mundo, tenemos la idea registrada y todo el diseño es nuestro", detalla el responsable de Retromanía. Para poder instalar uno de estos bares, basta con tener un local en regla con al menos 60 metros cuadrados hábiles para el público, y contar con los 36.000 euros que cobra Retromanía para dejarlo totalmente decorado y listo para abrir.
Parte de la decoración se fabricará en sus naves de Cuarte y parte se encargará a oenegés que den trabajo a personas en riesgo de exclusión social. "Montar uno de estos bares es barato y, aunque para Retromanía el beneficio es prácticamente inexistente, es algo bueno. Llevamos 20 años en este negocio y, afortunadamente, nos lo podemos permitir", dice Ruiz, que señala que la empresa tiene decorados unos 1.400 locales en toda España con más de 50 temáticas distintas.
Aún hay más. Retromanía tiene otros tres modelos de establecimientos solidarios en marcha: el Save The Children Café (cuya decoración evidencia el contraste que existe entre el primer y el tercer mundo), el Live Earth Café (café musical que fomenta el respeto al medio ambiente) y el Café de las Flores, que empleará solo a mujeres maltratadas para darles una oportunidad tangible de rehacer sus vidas y superar su trauma.
"Para este bar, absolutamente todo se recicla: hay taburetes con pelotas de tenis, decoración con peceras cuyos peces son botellas de plástico pintadas a mano, sillas hechas con partes de contenedores usados, la madera es reciclada... y la iluminación está hecha enteramente con leds y bombillas de bajo consumo". Ángel Ruiz, de la empresa zaragozana Retromanía, presenta orgulloso el novedoso proyecto que han comenzado a poner en marcha junto a la productora Zeppelin, que le prestará el nombre de 'Gran hermano' a una serie de bares ecológicos y solidarios.
De esto último es de lo que más contento está Ruiz: "Son ecológicos, pero sobre todo son solidarios", remarca, porque del precio de cada consumición, una parte irá destinada a financiar proyectos de oenegés, sin coste adicional para el cliente. El propio público -aquí radica la principal novedad de la idea, y la que mejor respuesta tiene en los estudios realizados- podrá decidir allí mismo a qué entidad prefiere asignarlo.
El mecanismo es simple: "En la barra habrá unos pulsadores y con ellos se podrá elegir a qué proyecto va el dinero", dentro de un amplio surtido de organizaciones seleccionadas, que podrán variar de unas ciudades a otras, para así poder incluir proyectos locales. "Además, cuando pulsas aparece en una pantalla de plasma, en tiempo real, el recibo de la transferencia y el beneficio que produce esa donación: por ejemplo, si ha servido para que se vacune a un niño", explica Ruiz.
El zaragozano subraya que todo será "transparente" y el funcionamiento correcto estará garantizado por un contrato con los propietarios de los bares. De momento, son más de 90 las personas de toda España (cuatro de Aragón) que se han interesado por abrir un bar ecológico y solidario, "la mayoría, mujeres", dice Ángel Ruiz. Y cuenta que está previsto que los primeros empiecen a funcionar tras el verano.
Idea zaragozana
"Esto es algo que no existía aún en ningún lugar del mundo, tenemos la idea registrada y todo el diseño es nuestro", detalla el responsable de Retromanía. Para poder instalar uno de estos bares, basta con tener un local en regla con al menos 60 metros cuadrados hábiles para el público, y contar con los 36.000 euros que cobra Retromanía para dejarlo totalmente decorado y listo para abrir.
Parte de la decoración se fabricará en sus naves de Cuarte y parte se encargará a oenegés que den trabajo a personas en riesgo de exclusión social. "Montar uno de estos bares es barato y, aunque para Retromanía el beneficio es prácticamente inexistente, es algo bueno. Llevamos 20 años en este negocio y, afortunadamente, nos lo podemos permitir", dice Ruiz, que señala que la empresa tiene decorados unos 1.400 locales en toda España con más de 50 temáticas distintas.
Aún hay más. Retromanía tiene otros tres modelos de establecimientos solidarios en marcha: el Save The Children Café (cuya decoración evidencia el contraste que existe entre el primer y el tercer mundo), el Live Earth Café (café musical que fomenta el respeto al medio ambiente) y el Café de las Flores, que empleará solo a mujeres maltratadas para darles una oportunidad tangible de rehacer sus vidas y superar su trauma.
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