viernes, agosto 28, 2009

PSICOLOGIA POSITIVA. Los científicos se lanzan a la conquista de la felicidad.

PSICOLOGIA POSITIVA. Los científicos se lanzan a la conquista de la felicidad. Múltiples líneas de investigación exploran los factores genéticos, psicológicos, sociales y económicos que determinan el bienestar. EDUARDO SALVADOR
Hasta hace poco, la psiquiatría y la psicología se habían centrado exclusivamente en la curación de las enfermedades mentales, ignorando por completo el análisis de las personas sanas y su potencial para la felicidad. En los últimos años, sin embargo, la llamda psicología positiva -liderada por el estadounidense Martin Seligman, de la Un
iversidad de Pensilvania-, ha impulsado diversas líneas de investigación para explorar los elementos fundamentales que llevan a las personas a considerarse felices.Esta innovadora escuela científica está ganando cada vez más adeptos en la comunidad internacional de psicólogos, y su enorme impacto social se ha visto reflejado en el hecho de que la revista Time le acaba de dedicar su portada.
MADRID.- La búsqueda de la felicidad es sin duda una de las grandes cuestiones a las que se enfrenta todo ser humano, si no la principal. Es por ello sorprendente que hasta hace escasos años la psicología apenas se había ocupado de estudiarla. Centrada en la curación y el alivio de las enfermedades mentales, había dejado de lado el estudio de las personas normales y su potencial para la alegría, el gozo y la realización personal. Al ser elegido presidente de la American Psychological Association en 1999, el respetadísimo teórico e investigador Martin Seligman decidió remediar esta situación fundando una nueva psicología positiva, una ciencia de los placeres, las fortalezas y las virtudes humanas, para complementar a la psicología negativa que se ocupa de las patologías.
La alegre cruzada de Seligman está desencadenando una auténtica revolución científica. En pocos años, ha conseguido reunir importantes fondos para becas y proyectos de investigación, acaba de colocar a su Science of Happiness en la portada de Time Magazine, y se está ganando el apoyo de gran parte de la comunidad de psicólogos que reconocen en esta nueva ciencia un aspecto olvidado de su identidad profesional.
El monje en el laboratorio. Las disciplinas espirituales de Oriente son quizás las más antiguas ciencias dedicadas a la búsqueda de la felicidad duradera. Hasta hace poco se las podía tachar de «papanatería mística», pero cuando el doctor Richard Davidson, psicólogo de la Universidad de Wisconsin, conectó unos electrodos al cerebro de un monje tibetano, comprobó un nivel de actividad eléctrica en el lóbulo prefrontal -asociado con la afectividad positiva- que no había visto nunca. Este descubrimiento demuestra que los métodos de experimentación y búsqueda interior del budismo, el yoga y disciplinas similares, aun lejos de las metodologías y objetividad de la ciencia experimental, tienen un valor que por primera vez puede medirse en el laboratorio.
La neurofisiología del placer es un terreno aun relativamente desconocido dentro del estudio del cerebro, pero la aplicación de tecnologías como la resonancia magnética o el electroencefalograma al estudio de las emociones positivas ya empiezan a dar sus primeros frutos. Científicos como Davidson han comenzado a diferenciar, por ejemplo, entre el sistema opiáceo -asociado a los placeres sensoriales- y otros procesos químicos como los que caracterizan la consecución de un objetivo concreto, en los que la dopamina parece desempeñar el papel fundamental.
El gen de la alegría. Una de las noticias más inquietantes que nos aporta la psicología positiva es que heredamos de nuestros padres aproximadamente un 50% de nuestra capacidad para ser felices.Un estudio de David Lykken de la Universidad de Minnesota, examinando las personalidades de 4.000 parejas de gemelos idénticos, ha demostrado que la genética es en buena parte responsable de características como una actitud positiva ante la vida, la capacidad para afrontar el estrés y un nivel bajo de ansiedad y depresión. Sin embargo, la mayoría de los expertos coinciden en que cualquier persona puede mejorar su capacidad para disfrutar de las emociones positivas y sentirse feliz.
El rol de la genética en nuestra vida emocional inevitablemente plantea la cuestión de por qué el ser humano desarrolló las emociones positivas, incluso más allá de los placeres animales: ¿Tiene sentido evolutivo la felicidad?
Robert Wright, autor de best-sellers sobre la evolución como The Moral Animal, cree que estamos programados para disfrutar de placeres transitorios que nos empujan a realizar las actividades básicas de la supervivencia y la reproducción, como comer, copular o socializar. También otras actividades relacionadas con la supervivencia de manera más indirecta -el trabajo bien hecho, pertenecer a un grupo, incluso ayudar a los demás- tienen su recompensa emocional.
Sin embargo, la felicidad duradera será siempre una quimera, excepto en el sentido de la serenidad que implicaría escapar la rueda de los placeres y los dolores mediante el desapego, la técnica que recomiendan el budismo y otras corrientes místicas.
¿El dinero da la felicidad? La ciencia ya tiene la respuesta a esta antigua pregunta: sí y no. El dinero efectivamente compra buenas dosis de felicidad si lo que nos falta es lo esencial para la vida: alimento, refugio, seguridad. Sin embargo, por encima de un cierto nivel de comodidad material (entorno a los 10.000 euros anuales), la riqueza deja de importar. En EEUU, por ejemplo, donde en los últimos 50 años el nivel de vida y todos los indicadores económicos no han dejado de crecer, la sensación subjetiva de felicidad de sus ciudadanos no ha cambiado en absoluto. De hecho, irónicamente, las patologías mentales se han disparado de manera alarmante durante el mismo período.
Ed Diener, pionero de los estudios que comparan la felicidad entre países, ha descubierto que además del nivel económico o el sistema político, los valores y creencias de una cultura son cruciales. Esto explica el asombroso dato de que los nigerianos estén más satisfechos con sus vidas que los japoneses o los españoles.En cualquier caso, es preciso resaltar que las diferencias entre países y personas son, en general, pequeñas. Aunque parezca mentira, la inmensa mayoría de la Humanidad declara encontrarse «bastante feliz», en torno al seis o siete en una escala del uno al 10.
Los ingredientes de una vida feliz. Martin Seligman, en su libro La auténtica felicidad (Ediciones B, 2003), distingue entre los factores que según los estudios influyen o no en nuestra satisfacción vital. En contra de muchos tópicos, parece que los factores externos como el dinero, el clima, los reveses de la vida, la educación o incluso la salud, no tengan mucho peso en el cómputo de la felicidad subjetiva.
La razón es que los seres humanos nos adaptamos a nuestras circunstancias, para bien o para mal, con una enorme rapidez, un hecho que sin duda ayudó a nuestra especie a sobrevivir a lo largo de los milenios en climas y ecosistemas muy distintos. Nos alegramos porque nos suben el sueldo, pero al poco tiempo nos parece lo «normal» y nos comparamos con el compañero que gana aún más.
Sufrimos el duelo de la muerte de un ser querido, pero tras el duelo, «la vida sigue». Incluso los ganadores de la lotería y las víctimas de accidentes traumáticos al cabo de algunos meses vuelven a su nivel anterior de felicidad.
El único factor externo que sí tiene un impacto significativo es la vida social de la persona, aunque no está claro si es la sociabilidad la que aumenta la alegría o si una actitud alegre atrae a más amigos. Por lo tanto, la manera más segura de potenciar nuestra afectividad positiva es trabajar sobre factores internos como el optimismo, la gratitud, la serenidad, el perdón, la capacidad para saborear el placer o para fluir en actividades creativas y el sentido que damos a la vida.
El poder curativo de la risa. En el Antiguo Testamento está escrito que «el corazón alegre es buena medicina» (Proverbios 17:22). Esta sabiduría de antaño está últimamente de actualidad gracias a numerosos estudios que demuestran que la risa, el optimismo y una actitud positiva realmente son saludables. La gente que se considera más feliz parece desarrollar un 50% más de anticuerpos en respuesta a la vacuna de la gripe. Las personas optimistas sufren la mitad de los problemas de corazón que las pesimistas.Y se ha comprobado en el laboratorio que la risa reduce el estrés y eleva la tolerancia al dolor, entre otros beneficios.
No es de extrañar, por lo tanto, que en los hospitales y fuera de ellos se multipliquen las sesiones de risoterapia, los grupos de payasos y la consulta de libros sobre este tema, como dos de reciente publicación en España: El humor y el bienestar en las intervenciones clínicas (Salameh y Fry, DDB, 2004) y El humor en la relación con el paciente (Begoña Carbelo, Masson, 2005).Los expertos advierten, sin embargo, que no debemos exagerar el poder terapéutico del «corazón alegre»: la risa y las emociones positivas ayudan a prevenir y afrontar las enfermedades, pero no a curarlas.

Forjando fortalezas de carácter por Arnoldo Arana Publicado: 13/07/2009
"El optimismo se adquiere" - Martin Seligman

Desde hace más de una década la psicología positiva viene enfatizando una forma de estudiar la naturaleza humana basada en las fortalezas, más que en las patologías y disfuncionalidades. Este enfoque centrado en las fortalezas constituye una revolución en la forma de abordar la personalidad y la conducta humana, y marca distancia con el enfoque de la psicología tradicional, orientada más en los problemas humanos y en cómo resolverlos, en manejar las debilidades, en curar lo que está disfuncional; con énfasis en lo patológico, olvidando el lado positivo del ser humano, dejando una cosmovisión sombría y pesimista de la naturaleza y comportamiento humano.
Este énfasis se recoge en el DSM (Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales), que compila las estrategias de evaluación de las patologías. Al respecto los autores Martín Seligman y Chris Peterson se preguntaron: “¿Por qué si existe una clasificación de los trastornos mentales, no lo hay de las fortalezas humanas?”. A tal efecto propusieron un esquema de clasificación de las virtudes y fortalezas para facilitar la creación de estrategias de evaluación. Una clasificación de este tipo tiene una importancia capital para conocer mejor las fortalezas y contribuir al diseño de herramientas conceptuales y prácticas que faciliten el utilizar mejor las potencialidades de las personas. Esta clasificación puede contribuir también a la construcción de un lenguaje y una terminología propia para las fortalezas, tan escasa y limitada, dado el énfasis en el uso de definiciones y términos que definen las debilidades humanas, a la hora de explicar el comportamiento humano.
La visión de la psicología positiva representa en cambio de paradigma en la forma de concebir al ser humano, su funcionamiento y sus posibilidades. Bajo esta nueva cosmovisión, el hombre - agobiado por trastornos, malestares, problemas y vacío existencial - es visto también en su lado positivo: con la potencialidad de construir fortalezas y virtudes, entendidas éstas como rasgos positivos de la personalidad. Este enfoque se centra más en el crecimiento, la salud, el bienestar, la resiliencia, la plenitud y la satisfacción.

¿Qué son las fortalezas según la psicología positiva?
Dice María L Martínez: “Las fortalezas constituyen el principio fundamental de la condición humana y una actividad congruente con ellas representa un importante camino hacia una vida psicológica óptima”.
Para Seligman y Perterson el concepto de “virtud o fortaleza” no está referido a lo que Marcus Buckingham denomina talento, vale decir, aquellas capacidades innatas (congénitas), y por tanto no enseñables e intransferibles, sino más bien a aquellas capacidades que pueden adquirirse a través de la voluntad, los cuales representan rasgos positivos de la personalidad.
Las virtudes, según los textos morales y filosóficos, son las características centrales del carácter. Se trata de valores universales. Las fortalezas son los aspectos psicológicos que definen las virtudes, aquellas formas identificables en las que se manifiesta una virtud. Los temas situacionales son los hábitos específicos que llevan a una persona a manifestar una fortaleza en una situación concreta.

Fortalezas y virtudes que favorecen el desarrollo humano
Dentro del contexto de la psicología positiva existe una clasificación presentada en el manual “Character Strengths and Virtues. A handbook and classification”, elaborado por Peterson y Seligman (2004). Esta clasificación que recoge el colosal trabajo de investigación sobre los valores, realizado por la Fundación Mayerson, y dirigido por Christopher Peterson y Martin Seligman, que abarcó la investigación de los valores más reconocidos de la humanidad por todas las culturas, recogida en los principales textos religiosos y filosóficos, que incluye la filosofía griega, la Biblia, el Talmud, el Corán, la filosofía oriental, entre otros, arrojó como resultado el descubrimiento de que en todas esas fuentes se valoran seis virtudes esenciales que conforman veinticuatro valores o “fortalezas del carácter”
Vale la pena resaltar también el esfuerzo realizado por Martin Seligman y Christopher Peterson quienes diseñaron un instrumento de medida de las fortalezas humanas, basándose en una clasificación de los recursos positivos del individuo. El Inventario de fortalezas (VIA) es un cuestionario de 240 ítems con 5 posibles respuestas cada uno, que mide el grado en que un individuo posee cada una de las 24 fortalezas y virtudes que han sido desarrolladas por el Values in Action Institute bajo la dirección de Martin Seligman y Christopher Peterson. Las 24 fortalezas que mide el VIA y a partir de las cuales se ha realizado el manual de clasificación Character Strengths and Virtues se agrupan en 6 categorías: sabiduría y conocimiento, coraje, humanidad, justicia, moderación (templanza) y trascendencia, las cuales detallo a continuación:

* Sabiduría y conocimiento: Fortalezas cognitivas que implican la adquisición y el uso del conocimiento.
* Coraje: Fortalezas emocionales que implican la consecución de metas ante situaciones de dificultad, externa o interna.
* Humanidad: Fortalezas interpersonales que implican cuidar y ofrecer amistad y cariño a los demás.
* Justicia: Fortalezas cívicas que conllevan una vida en comunidad saludable.
* Moderación (templanza): Fortalezas que nos protegen contra los excesos.
* Trascendencia: Fortalezas que forjan conexiones con la inmensidad del universo y proveen de significado la vida.

Estos seis grupos de virtudes, se encuentran a su vez divididas en las siguientes 24 fortalezas:

Sabiduría y conocimiento: 1.Curiosidad, interés por el mundo; 2.Amor por el conocimiento y el aprendizaje; 3.Juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta; 4.Ingenio, originalidad, creatividad, inteligencia práctica; y 5.Perspectiva

Coraje: 6.Valentía; 7.Perseverancia y diligencia; 8.Integridad, honestidad, autenticidad; y 9.Vitalidad y pasión por las cosas.

Humanidad: 10.Amor, apego, capacidad de amar y ser amado; 11.Simpatía, amabilidad, generosidad; y 12.Inteligencia emocional, personal y social.

Justicia: 13.Ciudadanía, civismo, lealtad, trabajo en equipo; 14.Sentido de la justicia, equidad; 15. Liderazgo; 16.Capacidad de perdonar, misericordia; 17.Modestia, humildad; 18.Prudencia, discreción, cautela; y 19.Auto-control, auto-regulación.

Trascendencia: 20.Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro; 21.Gratitud; 22.Esperanza, optimismo, proyección hacia el futuro; 23.Sentido del humor; y 24.Espiritualidad, fe, sentido religioso.

Las fortalezas del carácter representan lo mejor del legado de la humanidad. Son la base para el crecimiento y la efectividad personal, el bienestar y el desarrollo de la potencionalidad de cada persona. Al ser desarrolladas actúan como barreras para la prevención de los trastornos metales, las disfuncionalidades y las miserias humanas.
Los invito a que entren a la página de psicología positiva Penn, donde pueden realizar un cuestionario para conocer cuáles son sus principales fortalezas. Copyright 2001-2009 por Meltom Technologies

Artículo: http://www.degerencia.com/articulo/forjando-fortalezas-de-caracter Autor: http://www.degerencia.com/aranaa fuente (degerencia.com)

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