El regreso a El Aaiún de Aminetu Haidar es un triunfo para la causa del pueblo saharaui. Un triunfo empañado, eso sí, por la certificación de que Francia y España han preferido dar la espalda, una vez más, a un pueblo cuyos derechos han sido pisoteados a lo largo de más de tres decenios.
No olvidemos que si Francia ha renovado su apoyo a la autonomía del Sáhara dentro de Marruecos, la posición española, aparentemente más comprometida, esconde dobleces sin cuento. En las últimas semanas, el ministro de Asuntos Exteriores ha subrayado incansable que la relación con Marruecos no estaba experimentando quiebra alguna. La vicepresidenta primera, por su parte, ha repetido una y otra vez que, en relación con el Sáhara, debía perfilarse un acuerdo que, mutuamente aceptado por las partes, contemplase la autodeterminación del pueblo saharaui.
Resumo al lector lo que lo anterior significa. Fernández de la Vega sabe, por lo pronto, que pedía un imposible: no habrá ningún acuerdo aceptado por las partes que incluya el ejercicio de la autodeterminación en el Sáhara. Y no lo habrá porque Marruecos, de siempre, se ha negado a acatar tal horizonte. Si la declaración de la vicepresidenta primera se convierte, entonces, en un lamentable brindis al sol, la del ministro Moratinos retrata bien a las claras lo que ocurre: como quiera que el Gobierno español no tiene intención alguna de romper un plato en su relación con Marruecos, sus declaraciones en defensa de los derechos humanos quedan en agua de borrajas. Importa mucho más el negocio marroquí de nuestros empresarios y el papel de escudo que la monarquía alauí ejerce frente a la inmigración ilegal y la expansión del islamismo radical que la defensa cabal de los derechos de un pueblo castigado y olvidado.
Si nada ha cambiado en la actitud de nuestros gobernantes, sí que lo ha hecho, en cambio, en la de una parte de la ciudadanía, de la mano de una inusitada reacción de solidaridad con Haidar y con su pueblo. Como bien recordaba el otro día un escritor, a buen seguro que han sido muchos, en estos días, los adolescentes que han preguntado a sus padres qué era eso del Sáhara Occidental. Más de uno, en fin, parece haber abierto los ojos ante las miserias que el Gobierno español muestra en este y en otros muchos terrenos. Las cosas tienen, con todo, otra cara. Ahí están, para testimoniarlo, profesores e intelectuales que han decidido que la autonomía dentro de Marruecos es la solución adecuada para el Sáhara; poco importa, al parecer, que esa autonomía se haya visto triturada por centenares de muertos, torturados y represaliados. Uno de esos intelectuales nos ha recordado, por cierto, que El Aaiún no es lo que era tres decenios atrás. Tampoco Varsovia era la misma en 1943… Cuando se echa una ojeada a los foros en la Red se descubre, en fin, que muchos ciudadanos sólo sienten desprecio ante lo que, en Lanzarote, ha hecho una mujer firme y valerosa.
De poco consuelo es, a estas alturas, certificar que lo del Sáhara no es, entre nosotros, sino un hito más en una política exterior miserable que remite a una Transición mal cerrada. Y es que nuestros gobernantes, los de ahora como los de antes, sólo sacan pecho en defensa de los derechos cuando estos no ponen en un brete los intereses de la octava economía del mundo.
Carlos Taibo es profesor de Ciencia Política
Fuente: http://blogs.publico.es/delconsejoeditorial/408/el-triunfo-de-haidar/
Haidar pide a España presión a favor de los presos saharauis
La activista recibe en Palma el Premio Jovellanos. ANDREU MANRESA - Palma de Mallorca
EL PAÍS - España - 06-04-2010
La activista pacifista a favor de la autodeterminación del Sáhara occidental Aminetu Haidar exigió ayer en Palma de Mallorca "la intervención" del Gobierno de España, desde la presidencia de turno de la UE, "a favor de la libertad de los presos políticos y de conciencia saharauis", en especial de los 20 que se encuentran en huelga de hambre.
Haidar, que recibió el primer premio internacional Jovellanos Resistencia y Libertad, creado por los Gobiernos de Baleares y del Principado de Asturias, ambos con presidentes socialistas, denunció violaciones de derechos humanos por parte de las autoridades de ocupación marroquíes.
El presidente balear, Francesc Antich, significó que la causa de los saharauis "ha contado con el apoyo, la implicación y la solidaridad de la gente y de las instituciones". Y su homólogo asturiano, Vicente Álvarez Areces, subrayó en los ejemplos de Jovellanos y de Aminetu Haidar "la excelencia de la dignidad de los hombres y mujeres que no desfallecen". Antich vindicó "la honradez" como base de la lucha por la libertad.
Haidar llegó a Mallorca tras ser despedida con un "buen viaje, ningún problema" por la policía marroquí, después de algunas consultas, comentó, por escribir en su ficha de viajero que es residente en el Sáhara. Antes de ser recibida hoy en el Parlamento de Baleares, reclamó que la misión de la ONU tome competencias en la tutela de los derechos humanos y solicitó a España que abandone "su silencio ante los abusos de los derechos humanos que está sufriendo una población saharaui, que es casi española".
Francesc Antich y Vicente Álvarez Areces recibieron a Aminetu Haidar en el castillo de Bellver de Palma, donde el intelectual ilustrado asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos estuvo recluido seis de los siete años que estuvo preso en Mallorca, sin juicio, por sus ideas. El galardón, dotado con 40.000 euros, lo decidió un jurado integrado por José Saramago, Pedro de Silva, Barbara Probst Solomon, Federico Mayor Zaragoza, Basilio Baltasar y Carlos Castresana.