La última excusa con supuesta base científica es que “la voz de la mujer agota el cerebro del hombre”. Es la conclusión mediática que circula por Internet sobre un estudio publicado en NeuroImage. Michael Hunter, investigador del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sheffield (Inglaterra), analizó el cerebro de 12 hombres mientras les ponía a escuchar voces masculinas y femeninas. Lo que demostró fue que “la voz de la mujer tiene unas frecuencias sonoras más complejas” (por las diferencias en el tamaño y forma de las cuerdas vocales y la laringe, y porque las mujeres tienen “una mayor melodía natural”). De ahí que, dependiendo del género, las voces activen diferentes áreas del cerebro: cuando un hombre escucha a una mujer, se activa la parte auditiva; pero si oye a otro hombre, el área que procesa la información es el que Hunter llama “el ojo de la mente”, donde se suelen comparar experiencias.

Lo que explica que la gente que tiene alucinaciones normalmente escuche voces masculinas (“es más difícil para el cerebro crear una falsa percepción de voz femenina”). Y que las voces de las mujeres son más claras que las de los hombres (“al ser interpretadas en el área auditiva, se decodifican más fácilmente”). Así que si los hombres no escuchan a las mujeres es, básicamente, porque no les da la gana.