jueves, enero 15, 2009

Formas peligrosas de ver la vida. Metáforas o analogías que distorsionan nuestra percepción vital

Formas peligrosas de ver la vida. Jenny Moix. Metáforas o analogías que distorsionan nuestra percepción vital.
FORMAS PELIGROSAS DE VER LA VIDA. El mundo es el mismo y cada uno lo vemos de una manera. Entenderlo como un desgaste, una competición 0 una carrera provoca cansancio y malestar innecesario. Par Jenny Moix. Ilustración de Gabi Beltrán

Vivimos la vida según la vemos. Así que la gran pregunta es: ¿cómo la vemos? Pues a través de una visión que se encuentra lejos de ser lógica y raciona! Está claro: el mundo es uno, y en cambio todos y cada uno de nosotros lo vemos de forma distinta. Y en el fondo, nuestra sensación mas íntima es que nosotros lo percibimos tal y como es, y el resto de forma distorsionada. Nos equivocamos porque incluso nosotros, aunque no nos lo parezca, distorsionamos. Si todos tenemos una visión deformada, podríamos pensar que vivir la vida de una forma más o menos plena podría depender del grado de distorsión de nuestras gafas, pero la clave no esta en cuánto deformamos la realidad, sino en cómo.
Nuestro lenguaje delata que una de las formas en que desfiguramos la visión de la vida es a través de las metáforas: "vivo en una cárcel", "trabajo como una máquina", "los acontecimientos me arrastran"...
Las metáforas con las que describimos nuestra existencia determinan como la vivimos. Así podríamos decir que existen metáforas que pueden resultar útiles para vivir y otras mas bien devastadoras. Vamos a analizar algunas de las principales metáforas de este segundo tipo que, en nuestra cultura, impregnan nuestra visión de la vida y constituyen un gran generador de estrés.
LA VIDA DESGASTA ENERGlA
"La vida es un largo camino hacia el cansancio". (Samuel Butler)
Cuando volvemos de vacaciones, una expresión muy común es: "Me ha ido fenomenal porque he cargado pilas". Esta simple frase implica que vemos la vida cotidiana, el trabajo, como algo que nos desgasta y nos va consumiendo energía, hasta que llegan las vacaciones y volvemos a cargar las pilas, para que su energía se vaya consumiendo otra vez a la vuelta del trabajo, y asi la vidas se convierte en un ciclo de consumir y cargar energia. Si vemos la vida de esta manera, cuando estemos cansados, la solución que primero nos vendrá a la mente es tomarnos unos días de descanso para volver a cargar. No veremos otra opción
¿Realmente es útil ver la vida de esta forma? Quizá la solución no resida en el descanso. Sabemos que la forma en que definimos el problema es esencial para descubrir las soluciones. ¿Tenemos que partir de la idea de que el agotamiento se encuentra implícito en el trabajo o en la vida cotidiana? Probablemente, si no partiéramos de esta idea, la solución no seria el descanso, sino que vendría por otros caminos.
LA VIDA, CARPETAS PARA CERRAR
"El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla". (Lao Tse)
"Estoy muy contenta porque hoy he cerrado muchos temas". Esta frase es habitual en muchos de nosotros. La metáfora en este caso sería: la vida como temas a cerrar o listas de tareas a tachar. Si nos fijamos, cuando escribimos una lista de trabajos a realizar, nos produce un especial goce ir tachándolos. Parece como si el placer no estuviera en realizar proyectos sino en acabarlos.
No solo tenemos interminables listados de obligaciones, sino también largas listas de actividades de ocio que, de alguna forma, sentimos como una presión. Como muy bien describía Javier Marías en las páginas de este semanal: "Es tanto el afán por estar al día y tan breve el reposo permitido a los libros, las películas, las exposiciones o la música, que a veces tengo la impresión de que tanto los críticos como los lectores y espectadores se pasan la vida tachando de una lista interminable o escribiendo apresuradamente al lado de cada nuevo titulo: Visto, Leído, Oído, y ahí se acabo todo".
Así no solo tenemos estrés de trabajo sino también ¡estrés de ocio! Cuando algún amigo nos recomienda una película, un libro o un nuevo parque de atracciones para llevar a los ninos, en lugar de trasladarnos una ilusión, a veces lo que nos provoca es agobio porque es otra actividad más a incluir en la lista de cosas que nunca acabamos de tachar.
Por eso, nos cuesta tanto practicar lo que tantos sabios aconsejan: vivir el presente. ¿Cómo vamos a vivir el presente si lo que queremos es terminar lo que estamos haciendo en cada momento?
Si la satisfacción proviene de cerrar temas, entonces el tiempo que no encaminamos hacia este objetivo lo consideramos una pérdida. Y aquí encontramos otra metáfora: el tiempo lo vemos como algo que se gana o que se pierde, como el dinero: "He invertido-malgastado mucho tiempo". No existe ninguna necesidad para la cual el ser humano deba conceptualizar el tiempo con esa metáfora. De hecho, existen muchas culturas en las que el tiempo no se ve así. El pastor Tuareg, Moussa Ag Assarid comentaba en una entrevista que lo que mas le chocó en su primer viaje a Europa fue ver gente corriendo por el aeropuerto porque en su país las personas solo corren cuando viene una tormenta de arena. Así que pensó que sucedía algo malo y se asusto. Y es que no es de extrañar que corramos si vemos la vida como una carrera consistente en ir cerrando temas. La aceleración que llevamos dentro se encuentra excelentemente reflejada en las palabras de Raimon Panikkar: "Vivimos en un tiempo en el que se pretende que el rosal crezca rápidamente tirando de sus hojas ... La felicidad es inversamente proporcional a la aceleración".
Hace algún tiempo, una paciente que padecía fibrornialgia me comentó que su reumatologo le sugirió que ella debía ver su cuerpo como un Seiscientos, y que quizá, aunque la demás gente fuera en un Porsche, ella llegaba a los mismos lugares, empleando mas tiempo, pero podía llegar igual. Con esas palabras su médico dio en el clavo, porque partió de la idea de que la metáfora de la vida como una carrera para ir cerrando temas se encuentra, en mayor o menor grado, en todos nosotros y por tanto su comentario encajo con la forma de ver el mundo de esa mujer.
Quizá nos podría resultar más útil considerar la vida tal y como la define una de las protagonistas de la entrañable novela de Susanna Tamaro Donde el corazón te lleve: "La vida no es una carrera, sino un tiro al blanco, lo que importa no es el ahorro de tiempo, sino la capacidad para encontrar la diana".
LA VIDA COMO LA GUERRA
"La vida es una guerra sin tregua y morimos con las armas en la mano". (Schopenhauer)
El arte de la guerra, del general Sun Tzu, es un libro sobre práctica militar de dos mil años de antigüedad. Aunque es un libro sobre guerra, son predominantemente los ejecutivos los que lo leen. Está claro que lo consultan porque la guerra resulta para ellos una buena metáfora para su trabajo y, por tanto, sus consejos los ven útiles para su profesión.
En la política, la visión de la guerra, también lo impregna todo. Solo tenemos que fijarnos en los titulares periodísticos: "Ganó las elecciones por una aplastante mayoría". Estas palabras hablan mucho, ¿a quién se aplasta?, obviamente, al enemigo. No es de extrañiar que, en muchos casos, veamos nuestro trabajo o la política como una guerra porque, de hecho, cualquier discusión la conceptualizamos como algo bélico. Nuestro lenguaje lo pone de manifiesto constantemente: "Tus afirmaciones son indefendibles", "atacó todos los puntos débiles de mi argumento", "sus criticas dieron justo en el blanco", "si usas esa estrategia, te aniquilará ", 0 la frase, "lo intente con-vencer de mi punto de vista". No dialogamos, sino que intentamos conquistar las mentes ajenas con nuestras ideas. Experimentando las discusiones como guerras, es usual que en medio de un debate acalorado nos obcequemos en lo que para nosotros es un ataque a las posiciones del otro y en la defensa de las nuestras, perdiendo de vista los aspectos cooperativos de la discusión. Las discusiones acaban por ser destructivas.
Incorporándose dentro de esta metáfora bélica apareció estrategia denominada win-win (ganar-ganar) para la resolución de conflictos, en la que se anima a llegar a soluciones donde todos los implicados en el conflicto ganen. Y por lo tanto las negociaciones pasen de ser devastadoras a constructivas.
No obstante, con el fin de que nuestras discusiones fueran mas provechosas, podríamos aparcar ya la metáfora de la guerra ¿Qué pasaría si las discusiones, en lugar de vivirlas como guerras, las sintiéramos como la construcción de un edificio entre los participantes? Si cambiáramos de metáfora, con bastante seguridad nos comportaríamos de forma diferente y no olvidaríamos la cooperación porque lo que nos interesaría es la construcción del edificio y no derrotar al otro.

LA VIDA COMO UNA ESCALERA

"La existencia es un viaje en el que no existen los caminos llanos: todo son subidas o bajadas". (Arturo Graf)
Nuestras expresiones muestran que la vida se nos presenta como una empinada escalera: "Tiene una elevada posición", "subirá hasta lo más alto", "está en la cumbre'de su carrera", "está escalando puestos", "bajó de posición", "está en el escalón mas alto". Esta metáfora lleva implícita la idea de que arriba de la escalera se encuentra lo mejor y abajo lo peor porque en nuestro mundo, en nuestras palabras, es así: arriba está el cielo, abajo el infierno; arriba se encuentra lo consciente y abajo nuestros traumas inconscientes, arriba esta la salud y abajo la enfermedad.
Así que la vida se nos presenta como una escalera que debemos subir para ser felices porque arriba esta lo mejor. Por tanto, los de arriba son superiores y tienen más merito porque han subido mas escalones que los que se encuentran abajo. ¿Y si no viéramos la vida como una escalera? ¿Si la percibiéramos como algo plano? Como cambiaría todo, ¿verdad? De entrada, vivir no nos parecería tan fatigoso (subir siempre cansa mas que andar por terreno llano) y además todos nos encontraríamos en el mismo nivel.


DESCUBRIENDO METAFORAS
"El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos pasajes sino en mirar con nuevos ojos". (M. Proust)
A través del lenguaje creamos el mundo. En palabras de Jospeh Jaworski: "No describimos el mundo que vemos, sino que vemos el mundo que describimos". Así pues, debemos ir con infinito cuidado con las metáforas que empleamos para describirlo porque con ellas estamos creando nuestro mundo. Y lo peor es que no somos nada conscientes de que lo estamos creando, nos parece que sólo lo estamos describiendo. Hemos visto como, en nuestra cultura, la vida la vivimos como: una escalera, una guerra, un desgaste de energía, una lista de carpetas para cerrar … Y ante este análisis, muchas personas objetarán que la vivimos así porque la vida realmente es así. El gran reto es concienciarnos de que la vida no es así, sino que la vemos de esa manera.
Cuando nos damos cuenta de los esquemas distorsionados a través de los que vemos la vida y somos capaces de romperlos es cuando se produce la mayor liberación posible. Por ejemplo, una gran liberación la po
dríamos conseguir si rompiéramos un esquema, en forma de metáfora, parecido a los anteriores, que también tenemos muy incorporado: la vida como una competición. Fijémonos como muchas personas compiten con el vecino a ver quien posee más, muchos padres que constantemente comparan a sus hijos con otros para ver quien es el mejor, muchos compañeros de trabajo que en lugar de compañeros se sienten competidores. Pero la vida no es una competición, sino que somos nosotros mismos los que la vemos como una competición. Así, si lográramos cambiar de metáfora y no ver la vida de esta forma, cuantos dolores de cabeza gratuitos nos ahorraríamos ¡Qué enorme alivio! •

LAS METÁFORAS EN LA PSICOLOGÍA COGNITIVO-CONDUCTUAL. Jenny moix Queraltó

Vivimos en una cultura que desde la cuna nos enseñan a pensar de forma lógica-racional, en la familia, en la escuela, en el trabajo. De hecho, "no eres lógico" se ha convertido en un insulto. Por ello, cuando tenemos un problema intentamos abordarlo de la forma más "racional" posible. Aunque emociones y procesos inconscientes afecten nuestras decisiones (léanse el excelente artículo de Simón, 1997), nosotros intentamos o nos creemos que lo afrontamos todo racionalmente. Cuando alguien llega a la consulta del terapeuta, no sólo el cliente sino todos los que le rodean, le han bombardeado de consejos "lógico-racionales" que está claro que no le han sido útiles porque si no no hubiera acudido al psicólogo. Si en consulta seguimos con las mismas estrategias lógico-racionales que ya ha empleado el cliente hasta entonces ¿podremos llegar muy lejos?

Las metáforas pueden constituir un buen inicio de las terapias. En cualquier forma de terapia, el primer paso suele constituir en explicarle al paciente en qué va consistir la terapia. Las técnicas psicológicas suelen ser algo nuevo para el paciente, así que una forma de que las entiendan es compararlas con algo que ya conocen. Esto es establecer una metáfora. Un buen ejemplo de este uso lo podemos encontrar en el artículo de Capafons, Alarcón y Hemmings (1999), donde emplean una metáfora para explicar el uso de la hipnosis (técnica que lleva incorporada muchos prejuicios) con muy buenos resultados.

Metáforas de la vida cotidiana, Madrid: Cátedra (2001). George P. Lakoff y Johnson. “Creemos que es importante darse cuenta de que la manera en que hemos sido enseñados a percibir nuestro mundo no es la única, y que es posible ver más allá de las ‘verdades’ de nuestra cultura.” Al final del libro los autores dedicaban un pequeño apartado a la importancia de las metáforas en política, y afirmaban que una metáfora puede llevar a la degradación humana en virtud de aquello que oculta.

EL EMPLEO DE METÁFORAS EN PSICOTERAPIA. 101 HISTORIAS CURATIVAS / BURNS, G.W...
Código: 9168 Barcelona: Masson; 2005. ISBN: 84-458-1164-9. Precio aprox.: 41,35 euros (+Impuestos) Para comprar pulse aquí: www.infopsiquiatria.com/libros/pedido-libro-masson.htm

- Se trata de un ameno libro que contiene 101 historias metafóricas, agrupadas para obtener buenos resultados terapéuticos. Cada una de estas historias ofrece aplicaciones prácticas a problemas médicos comunes y orienta sobre posibles soluciones. Son puntos de partida que puede inspirar al terapeuta cómo abordar la explicación y el sentido de la enfermedad al paciente. Al mismo tiempo, pone al alcance del médico en general una manera clara y eficaz de hacer comprender al paciente los mecanismos que puede llevarle a la curación. Vista previa del libro en Google Books

* 101 HISTORIAS SANADORAS PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES: LA UTILIZACION DE CUENTOS Y METAFORAS EN LA TERAPIA

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